VOLVERAN
LOS ABRAZOS
Desde
mi ventana veo pasar la vida. Coches circulando, árboles a los que se les caen
las hojas marrones del otoño, niños que salen del colegio, todo parece normal
pero no lo es. Lo que captan mis sentidos es cualquier cosa menos humano.
Nos han
privado de la sonrisa poniéndonos una máscara, la sonrisa que es exclusivamente
humana. No hay abrazos, ni besos y se rehúye la cercanía del otro.
La niña
que corre no la recibirán unos brazos abiertos cerrándose después alrededor de su
cuerpo en ese contacto físico íntimo, donde saboreamos hasta el olor del otro.
Recuerdo
los abrazos de mi madre que eran infinitos y yo intentando deshacerme de ellos
para buscar algo mucho menos importante.
Abrazos
de enamorados, cuando después de mirarse largamente a los ojos, se envuelven en
él como si fuesen un solo cuerpo, inclinando la cabeza sobre el hombro del
otro, sintiendo la protección y el cariño que pasa a través de los poros, como
si de la osmosis del amor se tratase.
Abrazos
a amigos, abrazos a ancianos, tan faltos de ellos. Abrazos, abrazos, abrazos…Ahora
están prohibidos y pienso en cómo debían haber sido aquellos que di mal, sin
entregarme del todo por la urgencia de algo, que para mí, no tenia espera, o
esos que no di y que nunca recuperare.
Volverán otros y quiero entrar en ellos como si cada uno fuera el
último.
Pienso que si volvieron las golondrinas y
florecieron de nuevo las madreselvas, ¿Por qué no van a volver los abrazos?