Memorias
Obra para 4 personajes: 3 hombres y 1 mujer.
Pedro Mayoral- Escritor cuya fama esta en decadencia y
decide escribir sus memorias.
Alberto Sosoaga- Amigo del escritor ya fallecido.
Paula Sacramento- Ex mujer del escritor, también fallecida.
Pablo Mayoral (hijo)- Hijo del escritor muerto en accidente
de tráfico.
Argumento
Pedro decide escribir sus memorias debido a la penuria
económica en que se encuentra.
Cuando empieza a recordar su vida, los episodios
desagradables los maquilla y los suaviza para que todo sea más o menos
perfecto, por vanidad pero también porque él lo cree así; no es persona
imparcial al hacer la crítica de su vida, pero algunos personajes que han
pasado por ella, vuelven del otro mundo para exponerle sus quejas y decirle que
no ha sido todo tan perfecto como él se cree.
(Se abre el telón)
La escena es un
despacho con una ventana al jardín, una mesa y material para escribir.
(Música)
“Los Recuerdos” de
Serrat.
-Entra Pedro con paso cansino, un poco somnoliento por ser
temprano.
Pedro- Bueno, vamos
otra vez al trabajo y luego dicen que si los escritores somos unos vagos, que
si no damos palo al agua. ¡Qué me lo digan a mi que llevo 40 años en este
oficio y aún no he salido de pobre, por eso tengo que seguir que si no…! Sí, ya
sé que ha habido épocas en las que era famoso y he ganado mucho dinero, pero el
juego y la bebida…en fin, vamos allá.
(Entra la música hasta “sobrevivir”)
Me estoy acordando de mi buen amigo Alberto, ¡qué buena
persona era! ¡y qué final tan triste tuvo!
(Se queda pensativo)
Alberto- Hola
Pedro
(Pedro se sobresalta)
Alberto- ¿No me
reconoces? Si, soy yo Alberto.
Pedro- ¡No puede
ser!, estás tan joven… y teníamos la misma edad.
Alberto- Esa es
la ventaja de morir joven, te quedas como estabas.
Pedro- Ahora
mismo estaba pensando en ti, en lo buenos amigos que éramos, en lo que yo te quería, en que gracias a mi te
forjaste un nombre…
Alberto-
(Malhumorado) ¡Calla, no digas más mentiras! ¿Tú amigo mío? A los amigos no se
les trata como esclavos, cuando empezamos ¿de quién eran las ideas? ¿Quién las
desarrollaba y se mataba a trabajar mientras tú te ibas de fiesta en fiesta
para, cómo tu decías, “relacionarte” y así tener una mejor promoción para
nuestros libros? ¡Qué mentira!
Pedro- No tendrás
valor de quejarte, tú eres débil, no querías exponerte a la publicidad, yo me
tuve que sacrificar y cuando ME dieron
ese premio…
Alberto-
¡Ah! El premio, ese premio era más mío
que tuyo, no me dejaste ir a la entrega y ni si quiera me nombraste ¿Eso es ser
un buen amigo?
Pedro- Eras
envidioso, no soportaste mi triunfo y por eso te quitaste la vida.
Alberto- No, por
eso no, analiza nuestra vida y no seas tan benévolo contigo mismo.
¡Ahí te quedas! Qué disfrutes de TUS memorias, si he conseguido
amargártelas un poco, me alegro.
(Alberto desaparece igual de silencioso que vino)
Pedro-
(Pensativo) No, si en parte tiene razón, no fui muy justo con él (tratando de
disculparse) Yo era muy joven, lo quería todo, si él hubiera sido más fuerte,
hubiera luchado por lo que creía suyo, pero no, es más cómodo quitarse de en
medio y echar la culpa a los demás.
Aunque siento una angustia aquí dentro (Se señala el pecho)
¡Por qué lo habré recordado! (se coge la cabeza con las manos).
Paula- (Entrando
silenciosa) ¿Y a mí? ¿Tampoco me quieres recordar?
Pedro-
(Sobresaltado) ¡Paula! ¡Mi vida! ¡Tú si que eres un buen recuerdo! ¡La mujer
que más he amado y que me hizo tan feliz! Paula ¿Por qué te fuiste? ¿No tenías
todo lo que deseabas? Y sobre todo ¿No
tenías mi amor?
Paula- (Con voz
de queja) ¡Tú amor! ¿Y a esa tiranía llamas tú amor? Yo era antes de conocerte
una persona inteligente, culta (si me auras más que tu) y ¿en qué me
convertiste en esos años a los que tú llamas “pomposamente” felices?
Pedro- Eras mi
compañera, brillabas en las fiestas por tu belleza, siempre tenías la palabra
precisa en todas las conversaciones, eras mi mejor imagen…
Paula- Ahora lo
has dicho era solo algo para exhibir, para que la gente viera a la mujer que
habías conquistado y te envidiaran; siempre te ha gustado que te envidien para
poder sentirte superior ¡tú que has sido el más vil y rastrero de los maridos!
Todo era cara a la galería, en público me halagabas y en privado me humillabas.
(Con pena) no Pedro, no te puedes sentir orgulloso de ese amor que me destruyó
como persona y me impidió volverme a enamorarme.
Pedro- ¡No digas
eso Paula! ¡Yo te quería! Y sufrí mucho cuando te marchaste ¿Por qué lo
hiciste?
Paula- ¿Y todavía
lo preguntas? Acabas de decir que ¡sufriste mucho! (imitándolo) Pero no te
paraste a pensar un momento en mí, en lo que yo había sufrido, en el por qué de
mi marcha. ¡Sólo tú! ¡Siempre tú! (con tristeza) ¡Podíamos haber sido tan
felices! (Con nostalgia).
Quisiera que me recordaras como la persona que más te ha
querido y a la que más daño hiciste por tu vanidad.
Piensa Pedro, piensa y se más humilde.
(Paula sale tan silenciosa como ha entrado)
Pedro- ¡Dios mío!
¿Yo he sido así? ¿Tan egoísta? ¿Sólo he pensado en mí? No, han exagerado un
poco, también ellos aunque no lo quieran reconocer fueron felices a mi lado.
(Se pone a escribir y no se da cuenta de la otra persona que
ha entrado)
Pedro (hijo)- ¿Y
yo, fui feliz a tu lado?
Pedro- ¡Hijo mío!
¡Tú si que me querías!¿ Verdad? Y tú no tienes nada que reprocharme ¿No es así?
Pedro (hijo)- Te
quería, te quería muchísimo eras mi ídolo, pero no te lo merecías; durante mi
infancia solo recibía las migajas de tiempo que no te ocupaban otras cosas más
importantes (con sorna) y en la adolescencia, ¡no digamos! Ni un rato para
sentarte conmigo, preocuparte por mis problemas, no, no has sido un buen padre
(con tristeza)
Pedro- Pero te he
dado los mejores jugotes, todos los caprichos; y cuando cumpliste 18 años te
regalé aquel magnífico coche… Dime hijo ¿De qué huías el día del accidente que
ibas a tanta velocidad?
Pedro (hijo)- ¿De verdad quieres saberlo? Huía de ti, de
las personas como tú, que solo piensan en ellos mismos. ¡Menos cosas y más
cariño era lo que yo necesitaba! Tener un padre en quien apoyarme, que saliera
en mi defensa cuando metía la pata, aunque luego me regañara o me castigara,
porque ese es el verdadero cariño, es mucho más fácil para un padre quitarse el
problema de en medio, con regalos (casi chillando) ¡¡Hijo sí, pero lejos!! Ese
parecía ser tu lema.
Pedro- (A punto
de llorar) ¡Tu también no! ¿Tan malvado he sido? ¿No voy a tener un solo
recuerdo que no me atormente?
Pedro (hijo)- (Le
pone la mano en la cabeza con cariño) ¡Pobre papá! Si de verdad todos tus
recuerdos hubieran sido hermosos, ¿crees que ahora en tu vejez te encontrarías
tan solo?
El pasado ya no tiene remedio, solo cabe aceptarlo y
arrepentirse, pero eso te tiene que servir de estímulo para ver que a tu
alrededor hay personas que sufren, incluso más que tú, y si en tu mano esta el
ayudarles, con cada buena acción, un punto negro se hará luminoso en tu
recuerdo. ¡Acéptalo y arrepiéntete!
(Desaparece como ha entrado)
Pedro- (Llorando)
¡tienen razón! ¡Todos tienen razón! ¡Qué pobre y oscura ha sido mi vida! Pero
esos recuerdos de hoy me darán fuerzas para que en el futuro (en tono burlón)
si todavía me queda futuro cambiar, ver en los demás amigos a los que ayudar y
no personas a las que hay que vencer.
Lo voy a intentar con todas mis fuerzas ¡Qué Dios me ayude!
(Sigue escribiendo mientras se escucha el final del disco)
(Telón)
Autora: Milagros Márquez