CUENTO DE NAVIDAD 2023
LA
CESTA
Allí
estaba la niña con los ojos como platos y la respiración acelerada por la emoción, mirando la gran cesta de
Navidad que había encontrado en el recibidor de su casa al volver del colegio.
Su
familia no había recibido nunca ninguna. En la España oscura de la posguerra,
al que le regalaban una cesta de Navidad estaba presumiendo de Status
Social todo el año, pero eso a la niña
no le importaba, no se atrevía a tocarla por si desaparecía como en los sueños.
¡Cuántas cosas había! Fiambres, turrones, dulces, botellas de vino y licores y
hasta bombones. Era una cesta de lujo, de las grandes. La compartiría con sus
amigos, su madre la dejaría, eran demasiadas cosas para disfrutarlas ellos
solos, además les habían dicho en el colegio que lo que se celebraba era un
cumpleaños, el niño Jesús siempre pequeño en el Belén ya había cumplido más de
dos siglos y ella entendía que a esa fiesta cuantas más personas vayan mejor.
Comerían, beberían y bailando alrededor
de la cesta cantarían villancicos tocando la pandereta.
¡Qué
pena tener que deshacerla, estaba tan bonita! El espumillón le podría servir
para el Belén, el que tenia estaba ya muy viejo y sin brillo.
Cuando
sus padres volvieran de trabajar se llevarían una gran alegría, tenía la cesta
una tarjeta pero estaba muy alta y no llegaba ¿Quién nos la mandaría? Era una buena empresa pero no iban regalando
cestas como esa a los trabajadores, eso sí, el aguinaldo nunca faltaba.
Se
sentó enfrente para contemplarla, todos los años soñaba con una cesta que nunca
llegaba y ese año por fin…
María
despierta o llegaras tarde al colegio. Era la voz de su madre, ¿Dónde estaba?
¿Qué hora era? Se habría dormido mirando la cesta. ¡¡La cesta!! Se levanto de
un salto y fue al recibidor, allí no había nada, la habrían llevado a la
cocina, pensó, pero tampoco estaba allí.
Mama
¿Dónde está la cesta de Navidad?
¿Qué
cesta cariño?
La que
había ayer en el recibidor cuando volví del colegio.
Ayer no
fuiste al colegio, estabas un poco
acatarrada ¿No te acuerdas? Te quedaste en cama.
La
madre entendía la carita de desilusión de su hija, todo el año había estado
hablando de una cesta que le iban a enviar por Navidad, pero no le hacían caso
eran “cosas de niña”
María
empezó a vestirse, todo había sido un sueño, otro año seria.
El día
de Noche Buena llamaron a la puerta y allí encontró una pequeña cesta con las
cosas que más le gustaban. Toda la familia había colaborado para que su deseo
se hiciera realidad.
Pasaron
los años y una Navidad recibió una cesta como la que había soñado de niña, sonrió recordando que nunca fue tan feliz como
aquella Noche Buena con toda su familia alrededor de la mesa y en el centro su
“Pequeña cesta de Navidad”.