jueves, 30 de abril de 2020


               EL VIAJE
Me despedí de él para unos días y ya había pasado más de un mes. Un mes de soledad y tristeza. Un mes oscuro y gris para mí aunque el sol brillara en lo alto. No sé cuando podre reunirme con él. Todo vino de improviso, nadie se lo podía imaginar pero de un día para otro cerraron las fronteras, las regiones y hasta las puertas de las casas.
Quería que le acompañara, total un fin de semana en Marsella, sonaba bonito, pero por pereza, aduciendo trabajo que no tenía, le convencí  entre besos sobre las almohadas, para no ir. ¡Me arrepentiré toda mi vida! ¿Y si no volvemos a encontrarnos? Puede que ocurran tantas cosas que no podemos controlar, que mis ojos ya no tienen lágrimas.
Tenía que ir a Marsella por motivos de trabajo y quedó allí atrapado en medio de esta vorágine del mal que se ha desatado en todo el mundo.
Ya ha llegado el verano, todo se ha ido suavizando, el horror llego a la cima y al no poder subir más desciende lentamente, lo suficiente para poder sacar un pasaje a Marsella en un barco de cabotaje. Durante el trayecto mi alegría iba también en desescalada ¿Y si no nos dejaran desembarcar y tuviéramos que pasar meses en esta nueva prisión?
Una mañana bien temprano oí la sirena del barco y al asomarme, ante mis ojos tenía una ciudad preciosa, mediterránea como la mía, bañada por un sol brillante. Tardamos unas horas en atracar. Me faltaba la respiración, no sé si por el calor o por los nervios.
Lo vi en el muelle esperándome y en ese momento mi corazón ardía como Marsella bajo los rayos del sol.


sábado, 25 de abril de 2020


SE BUSCA COMPAÑERA
En un lugar apartado del condado de Devonshire había una casa antes señorial ahora “señorona “porque el tiempo y la desidia han arruinado su imagen. Aquí vivimos mi amo y yo, bueno yo sé que es mi amo, pero él no sabe ni siquiera que existo, si lo supiera habría cogido la escoba y me hubiera molido a escobazos.
Yo soy el ratón de la casa, pero no un ratón cualquiera, mis antepasados se hunden en la estirpe más profunda de los señores nuestros amos. ¿A que hablo bien? mis padres me dijeron que así había de ser por la casta de la que venimos y yo sigo su consejo. Pero tengo una tristeza muy grande, nuestra estirpe ratonil acabara conmigo si no le pongo pronto remedio. No piensen mal, yo soy un Macho Alfa de los ratones, es que no tengo compañera. En esta casa no hay mas ratón que yo, la culpa la tiene la ridícula, vieja y antipática hermana de mi dueño, Dos veces por semana viene a traerle comida y a arreglar los cuatro trastos que quedan. En las malas épocas se vende hasta el alma y eso fue lo que hicieron sus antepasados.
Se me ha olvidado decirles que es viudo, su mujer sí que era toda una señora. Me dejaba un platillo con queso y otro con leche cerca de mi escondite, pero desde que murió todo es ruina y caos.
Ya oigo la carreta da la arpía, vendrá como siempre con su gato Bigotes, para que mientras ella limpia  él también limpie. Además la muy bruja pone unos artilugios que una vez casi pierdo mi hermosa cola. Por eso he tomado la determinación de salir de la casa y subirme a la carreta cuando ellos se bajan, por que el olor a caballo es tan fuerte que mi rastro no lo detecta el Bigotes.
Ustedes se preguntaran porque no me marcho, que quieren que les diga, ya soy mayor y le he tomado cariño a mi amo además no pierdo la ilusión de crear aquí mi familia. Por eso les pido un favor: si ven por ahí una ratita de color marrón clarito, finos bigotes y ojos negros de muñeca, tráiganmela, tengo que procrear y así…. No hay manera.

Milagros

miércoles, 22 de abril de 2020


LOS SUEÑOS------- (Teatro)

¡Los sueños! ¡Que seria de la humanidad sin ellos!
Ya los primeros hombres, estando en las cuevas, soñaban con saber qué había detrás de” esa” montaña y fueron a por su sueño.
Los sueños son una cualidad que solo los humanos poseemos. Imaginar el futuro y adaptarlo a nuestros deseos. Eso son los sueños. Mientras estás en el camino todo es alegría, ilusión, cada vez que saltamos un tramo para acercarnos más a él. Pero una vez conseguidos explotan como una pompa de jabón y enseguida buscamos otro sueño que realizar, porque lo que nos anima, nos mantiene la ilusión, es el reto.
Sueños hay de muchas clases, colectivos, de sociedades enteras clamando por su libertad. Individuales, estos casi nunca se expresan, por miedo de conjurar algún demonio que los haga explotar antes de tiempo
Me vais a permitir que os cuente un cuento sobre los sueños.
Una niña está en un banco, es un día de sol sin viento, pocas nubes pasan despacio, como la infancia, cargadas con sus sueños.
Pasa el tiempo y una joven mira al cielo, en el que unas pocas nubes ayudadas por una suave brisa, van dejando caer gotas que para ella son los sueños no cumplidos, pero aun pasan muchas llenas de agua y deseos por cumplir.
El tiempo sigue su curso y una mujer en un banco contempla un cielo cada vez más oscuro y sobre su rostro van cayendo a la vez el agua y los sueños frustrados, por sus mejillas resbalan juntas lagrimas y lluvia. Pero sigue intentándolo.
Termina el cuento con una anciana que bajo su paraguas mira la plaza desierta y oye el ruido que hace la fuerte lluvia. Ya no hay una nube misericordiosa que el viento se lleve con los pocos sueños que le quedan. Todo pasa muy deprisa. Lo que resbala por sus mejillas no son lagrimas, sus ojos se fueron secando a lo largo de la vida mientras muchos de sus sueños caían formando barro sucio con la tierra.
Pero la anciana sonríe, piensa en los sueños que si se realizaron y siente que solo por ellos ha merecido la pena vivir. ¡Así son los sueños!




martes, 21 de abril de 2020


UNA MUJER        diciembre 2019-12-03

Me llamó la atención la primera vez que la vi. Estaba sentada con las piernas encogidas y la espalda recta descansando en la pared de un edificio enfrente de mi casa.
Mi pensamiento la olvidó enseguida centrándose en los asuntos del día a día.
Pasaron unos días y la volví a ver en el mismo sitio, en la misma posición. No se movía, parecía una figura triste de ésas que adornan ahora las ciudades. Me detuve un poco alejada para observarla. Me intrigaba. Era distinta a todas las personas necesitadas que te encuentras suplicando una limosna por la calle. Tenía la mirada perdida, no la dirigía a las personas que pasaban, no mostraba interés por ellas. A su lado había un vaso de papel con algunas monedas y otro con algo que parecía vino. El cigarrillo se le consumía entre los dedos.
No podría precisar su edad. Tenía el pelo entrecano, pero en su cara noté las arrugas del sufrimiento, no de la vejez. Pensé que era bastante más joven que yo. ¿Qué la habría llevado a esa situación? No pedía ni suplicaba nada, simplemente estaba allí, como ejemplo de que el fracaso también existe en la sociedad de la opulencia.
Algo se me removió por dentro y le di unas monedas. Ni siquiera me miró, ni dio las gracias. Pasaba de mí. Un sentimiento de culpa me invadió.
Todos los días al salir de casa la buscaba con la mirada y allí estaba como siempre, sentada en el suelo, las rodillas encogidas, el sempiterno cigarrillo entre los dedos. Hacía lo posible por pasar a su lado y dejarle unas monedas. Eso aliviaba un poco mi sentimiento de culpa pero, por las noches, a solas con mis pensamientos, me preguntaba ¿por qué ella y no yo? Toda su imagen me decía que había tenido otra vida.
Una vez me atreví a dirigirle la palabra. Levantó hacia mí sus ojos vacios de expresión y slo movió la cabeza con un gesto casi imperceptible. No le interesaba lo que yo le decía. Volvían a mi cabeza las preguntas de siempre. ¿Qué circunstancias la habrían llevado a ese estado? ¿Habría dejado atrás una vida muy distinta? ¿Por qué no se dejaba ayudar? Seguía pensando que su aspecto no era el de una mendiga, no me cuadraba su imagen ni ese desdén con el que miraba todo a su alrededor.
Parecía haberse desprendido de una de esas capas que nos ponemos para que la vida nos resulte más agradable, daba la impresión de no necesitar nada ni a nadie. Pero en sus ojos se veía una infinita tristeza, no había alcanzado la paz, esa paz tan necesaria para perdonar a los demás, pero sobre todo para perdonarse a ella misma.
Una noche, ya tarde, al bajar la persiana, la vi enfrente de mi casa en la misma posición de siempre. No pasaba ya nadie por la calle. Parecía solo una mancha en la  blanca pared del edificio.
¿Por qué se castigaba de esa manera? Están los Servicios Sociales a los que podía acudir, pero eso sería como deberle algo a esta sociedad que la había marginado.
Miré mi casa, tan acogedora, tan cálida, con tantos momento de vida recogidos en imágenes y objetos. Volví a preguntarme ¿Por qué ella y no yo? ¿No habría sabido elegir en un momento determinado el camino correcto?
Pero eso a mí no me importaba. Esa noche no pude dormir pensando en ella y en tantos como ella que, por diversas causas, esta sociedad tan hipócrita había olvidado.
Intentaría de nuevo ofrecerle mi ayuda, que confiara en alguien. No se puede ir por la vida sólo con resentimiento y soledad.
No la he vuelto a ver. Quizás se cansó de mi insistencia. Quería ayuda pero sin compromiso. Pienso que rechazaba lazos y afectos para no perderlos.
Quizás ésa fuese su historia. 


MILAGROS MARQUEZ



EL DESEO CUMPLIDO
Estoy muy contento. Se me ha concedido el último deseo que tuve antes de que aquella pandemia del siglo XXI me llevara al otro barrio, que es en el que he estado hasta ahora. Mi deseo era volver a la Tierra al cabo de unos siglos para ver qué tal le había ido a los que quedaron y si habían aprendido algo.
Y aquí estoy otra vez, me parece que he llegado en carnaval, pero creo que no, porque ya llevo tiempo aquí y no han cambiado. Ellos no me pueden ver. A saber dónde y cómo estarán mis restos con ese lio que tenían entonces. Pero eso no me importa, lo que quiero es saber de ellos
Cuando voy por la calle, ¡Me pego cada susto! Esta gente ha mutado, de todos ellos salen así como llamas y tienen cuatro ojos, hay uno en la esquina de la calle, que toca el tambor y los tiene cerrados, lo mismo podía tener veinte y seguir tocando. Me tropiezo (es un decir) con un fulano que lleva una corbata negra y una guitarra de colorines, ¿A quién se le habrá ocurrido? Y además el tío tiene llamas por todos sitios. ¿Estaré en el infierno? No, ya dijeron en mi siglo que no existía. Estaría bueno que además de lo que pasamos en la tierra después nos siguieran “puteando”.
Pero todos estos parecen un poco pirados. Al lado del de la guitarra, formaran dúo seguramente, hay uno que toca la trompeta de la que sale fuego en lugar de sonidos, son como los políticos de mi época. Al doblar una esquina, me encuentro con una mujer, o eso parece,  que no se si lleva un acordeón o un vaso grande de palomitas. y cógete al cantante que tiene un solo ojo,( ese ha mutado para atrás) con ese micro tan cutre.
Definitivamente no es lo que me esperaba. Me vuelvo al más allá, porque el más acá es mucho peor de lo que me creía.
MILAGROS


lunes, 20 de abril de 2020


CUENTO PARA NIÑOS.
Me han encargado la portada de un cuento para niños. El día está gris y cargado de malos presagios. Si no les gusta a los editores, no podre pagar las deudas ni seguir comiendo hasta otro encargo. Pero no voy a venderme haciendo lo que me pidieron, algo edulcorado y ñoño. Mi espíritu y mi libertad valen más que mi estomago.
Haré lo que yo creo que es el reflejo de todos los niños de ahora, de antes y espero que no sea también el del futuro.
He buscado un fondo negro y en el centro dibujare en blanco la figura de un niño. Los niños deben ser la alegría y el futuro de la humanidad, por eso usare el blanco. Pero no será una figura cualquiera, quiero representar  a los niños ricos, a los que todo les ha sido regalado por la vida nada más nacer y también a los otros, los que no pueden ir a la escuela, los que trabajan a edades muy tempranas, los que son maltratados…
Para ello he pensado en una cabeza con dos perfiles, no serán simétricos. Uno con la barbilla elevada, rotunda, orgullosa y el otro la tendrá hacia dentro, hundida, humillada y es de suponer con la mirada baja. El brazo del perfil de niño rico estará relajado, indolente, pegado al cuerpo, no tiene que conseguir nada, todo se lo dan hecho y del otro solo se adivinara medio brazo para que imaginen la mano en actitud mendicante.
Aunque me lo han prohibido los editores, estoy decidido  poner a su lado la figura de una niña, las grandes olvidadas de la historia. Ya se me ocurrirá algo que refleje esa doble cara de la misma moneda.


LA HOJA VERDE.
Delante de mi ventana hay un árbol grande. Siempre ha estado ahí, pero nunca le he concedido demasiada atención. Salían sus hojas en abril y en junio ya estaban marrones por la contaminación. Eso era lo más que me acercaba a él.
Todo cambia en la vida y la del planeta, incluyendo la mía, anda en estos tiempos con actividad bajo mínimos. Quien no está en el hospital, está encerrado en su casa por culpa del maldito virus Cobi-19, se puede salir solo a lo estrictamente necesario, con guantes y mascarillas, por supuesto. Decíamos que los orientales eran exagerados porque las llevaban en los lugares públicos y ahora somos nosotros los que luchamos por conseguir una aunque sea a precio de oro.
Todo ha sido un desbarajuste, pero hacia un siglo que el mundo no se enfrentaba a algo tan terrible y la verdad no estábamos preparados.
Uno de estos días sentada en la terraza cerca del árbol, vi  al final de una rama pelada una pequeña yema. Al día siguiente la mire por casualidad y se había convertido en una hoja minúscula, entonces pensé: ¿Se hará ella grande como sus hermanas antes de que yo salga del encierro, o será al revés?
 Todos los días la veo crecer y también oigo el piar de los pájaros, eso estaría también antes, porque es primavera, aunque no lo parezca y la vida explota en todos lados, seguramente con el ruido del tráfico no los apreciaba. Ahora hay tan poco que el otro día vi a tres gaviotas paseando tranquilamente por en medio de la calzada como dueñas y señoras de la calle.
No sé cuánto tiempo más tendré que estar aquí recluida y sola, pero todos los días miro la hoja y le digo que no se haga grande hasta que yo pueda salir. Creo que me está escuchando porque no he visto desarrollo de una hoja más lento. ¿O es que nunca me había fijado?


UN HEREJE ACTUAL

Para que haya herejía debe haber trasgresión de dogma y en la sociedad “rica”  del siglo XXI no hay dogma que no se pueda trasgredir en nombre de la libertad de expresión.
Si contravenimos algún dogma de lo que sea. Religión cultura etc...enseguida se hacen chistes y mofas del asunto y salvo algunas horas en la cárcel, el “ hereje” sale dispuesto a seguir contraviniendo dogmas como el que se atusa el pelo y todo queda en agua de borrajas.
Por eso no encuentro ningún hereje, merecedor de este nombre actualmente, sino son aquellos que se saltan el dogma más sagrado, escrito hace mucho tiempo y que todos llevamos dentro: LOS DERECHOS HUMANOS.