jueves, 21 de octubre de 2021

 

LA SESIÓN DE FOTOS

 

Aquella mañana fuimos a la sesión de fotos mis compañeros y yo, sin saber lo que nos esperaba.

Mi agente siempre me avisa para ensayar las poses adecuadas, pero cuando hablé con él por teléfono no me dijo nada, le noté un cierto tonillo de sorna pero como siempre está de broma no le di mayor importancia. Pagaban bien y solo era una sesión a sí que me dispuse a ir a la mañana siguiente.

Soy modelo profesional y muy cotizado. Mi apostura ante las cámaras era fantástica, aparte de mi cara, mi cuerpo y mi perfil griego. En fin no son flores que yo me pongo, sino lo que comentaban todos los que veían mis anuncios repartidos por la ciudad.

Pero sigamos con aquel día nefasto.

Al llegar mis compañeros y yo al estudio lo encontramos lleno de máscaras a cual más horrible.

El “trabajo” era para la defensa de un mar en el que los peces se morían. Nos dijeron que escogiéramos una con la que nos sintiéramos cómodos, todas eran horribles, además tenía que tapar mi cara ¿Qué gestos se podían apreciar detrás de esas monstruosidades?

Escogí una cuyo nombre era Caballito de Mar, no tenía ni idea de cómo era ese animal, me gusta la equitación y pensé que sería la adecuada.

Las máscaras estaban aún frescas, pero era urgente la sesión de fotos pues tenían que proyectarse en una manifestación que se haría en pocos días. La noté un poco “pegajosa” pero se adhería bien a mi cara, dentro de lo feo que era todo, por lo menos estaría cómodo.

Los organizadores nos indicaron algunos movimientos a cual más ridículo.

Fue todo largo, tedioso, sin nada de glamur.

Cuando intenté quitármela, aquello no se podía despegar. Fue horrible, tuve que ir al hospital y me destrozaron la cara. He tenido que someterme a varias operaciones, pero no soy el mismo de antes.

Mientras me recuperaba empecé a interesarme por ese Mar y esos peces primero con rabia pero al profundizar más en ello, les fui tomando cariño. Me di cuenta de cómo habían sido maltratados y me uní a la causa de su defensa, aún no era demasiado tarde.

La máscara del Caballito de Mar, acabo con mi orgullo y se lo agradezco. Ahora soy mucho mejor persona.

 

 

 

 

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario