LOS
MIEDOS
Me
gusta pasear con mi perro por las ciudades del amanecer. Son silenciosas,
solitarias y hasta creo que inocentes, aún el día no ha volcado en ella las
pasiones con las que convive. Estos paseos ahuyentan mis miedos nocturnos.
Hay
días en que revolotean a mí alrededor unos malditos pájaros negros. Siento que
son remordimientos, frustraciones y esos miedos que yo creía dejar atrás.
Aquella
mañana al avanzar por la calle solitaria me sorprendió no verlos, miré al cielo
y no había ninguno, pero ese cielo se reflejaba en un pequeño charco en el que
sí volaban libres. Todo lo negativo que había tenido mi vida quedó atrapado en
aquel charco junto a los pájaros negros aleteando en la ciudad hundida.
Estaba
salvado. Seguí mi camino tranquilo, el pasado quedaba atrás.
Portada
de la novela Vencejos
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