EL
FRACASO
¿Cuándo
empezó todo a romperse entre nosotros? La comunicación, la amistad, el deseo, hay
un refrán que dice: “Si quieres ser feliz no analices”, pero yo si lo analizaba
todo, el no hacerlo me parecía el escondite del avestruz, si sabes que el
problema está ahí no vale que pases de él, hay que afrontarlo por muy doloroso
que resulte.
Las
despedidas nocturnas sin un beso que se había convertido en costumbre, desde
hace meses solo un “buenas noches” y media vuelta. Habíamos pasado de ver las
series favoritas cogidos de la mano a separarnos de habitación para ver otros
programas o los mismos pero en soledad. Podría seguir enumerando detalles que
no le dábamos importancia, yo creo que mi pareja ni los notaba pero iban
minando nuestra relación. Casi no encontrábamos temas comunes para hablar
cuando antes nos quitábamos las palabras de la boca.
Estos
síntomas no significan un cambio en los sentimientos sino en la forma de expresarlos, hay que encontrarle
relevo a los detalles que siempre habíamos tenido entre nosotros estos años
atrás, pero si sigue estando el amor le sentara bien un cambio de aires,
sorpresas, estimulaciones distintas, huir de la monotonía en que se convierte
nuestra vida al estar todo programado, un “salto al vacío” de vez en cuando no
viene mal para tomar conciencia de que somos dos y no dar por sabidas las
necesidades del otro, buscar cosas nuevas con las que sorprenderle.
Si el
cambio es positivo volverá la intimidad, pero de otra manera más madura, más
asentada y no será el último cambio que habrá que hacer, al amor hay que
abonarlo con nuevas ilusiones si las anteriores las encontráis ya caducas.
Sabiendo yo todo esto reaccioné tarde y me
encuentro firmando los papeles del divorcio. La teoría es fácil y sabida, lo
difícil es la puesta en práctica cuando la otra persona no se da cuenta de
nuestros esfuerzos tardíos por cambiar las cosas o ha encontrado fuera esos
estímulos para hacer renacer el deseo, la ilusión tan necesarios para seguir la
vida.
La
próxima vez, si la hay, procurare tener bien aprendida la lección.
El matromonio es algo por lo que tienes que luchar cada día porque, si te dejas ir, es fácil verse engullido por el tsunami de la rutina. Especialmente complicado es cuando el otro no sigue tu ritmo pero, incluso así, es necesario, al final del día, hacerse estas cuatro preguntas: ¿me he sacrificado en algo por mi mujer? ¿le he sorprendido con algo? ¿me llevo algo sin perdonarle? ¿le he hecho reír?
ResponderEliminarCon evitar discusiones irrelevantes o sin importancia, atajándolas antes de que crezcan, ya se da un gran paso en el fortalecimiento de la relación.
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