LA
GAVIOTA
El
cielo llevaba puesto ese día un azul intenso con unas cuantas nubes de algodón
a modo de bufanda, la vi salir de detrás de una de ellas, parecía despistada,
había desplegado su gran envergadura, ¿Qué hacia una gaviota sobrevolando un
monte entre gorriones y palomas? Con ellos alrededor parecía aún más grande, un
grupo de aves en formación de V se asustaron y cambiaron de rumbo, la vi
adentrarse en un pino solitario pero no
debieron gustarle sus agujas
porque salió rápida, daba vueltas como enloquecida buscando algo, sería su
grupo, su familia, me imagino que se separo de ellos al ver desde lo alto un
pequeño mar tranquilo y azul, pensó que sería una aventura encontrar peces
nuevos y vivos, así no tendrían que ir al vertedero donde los humanos tiramos
todo lo que nos sobra destrozando el paisaje y a ellas pescadoras de siempre,
las transformamos en buscadoras de basureros.
Sí, soy
una gaviota, sé que me estas mirando desde allí abajo, me he perdido por seguir
un sueño, soy joven lo intente pero no resultó sufrí una decepción, ni ese mar
era tan azul ni vi peces, tenía un color grisáceo y parecía enfermo, mi
aventura había fracasado y no sabía cómo encontrar a mi grupo ni volver al
vertedero. Lo que había abajo no era para mí, una montaña de piedra negra con
una cima que se asemejaba a un gran lagarto tumbado al sol con el colmillo
preparado para abatir a la presa y casas de humanos como la tuya.
Quise
dar una última vuelta sobre el pequeño mar y me sorprendió un rincón de su
playa donde el agua estaba limpia, transparente, había un grupo de patos que
nadaban tranquilos y un poco más lejos una familia de flamencos rosa que
escarbaban con su largo pico buscando alimento.
Ese
rincón hervía de vida había peces que saltaban, zonas en que el agua se agitaba
y bullía, eso es lo que veía desde lo alto. No había fracasado, el pequeño mar
se estaba curando, este era un buen sitio para vivir, la primera mirada no
siempre es la buena. Tengo que encontrar
a mis compañeros y volver con ellos a este rincón de paz.
Muy original el cambio de protagonista a mitad de narración. Mar Menor, el monte del Carmolí,..., referencias veraniegas de toda la vida.
ResponderEliminarEstupendo y optimista canto a la "esperanza" sostenible
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