EL
CAMPEÓN
Le
había inutilizado los frenos, esa era la mejor solución, ya no sufriría más.
Toda la vida sintiéndose el mejor y siempre con el freno echado para no
sobrepasar las expectativas de los otros. El dolor físico importaba menos,
aunque terminaba sangrando, era el otro, sentirse campeón y no poder demostrarlo.
Su dueño, ese rastrero tramposo, lo utilizaba para sus chanchullos, no le dejó
ganar ninguna carrera, ni tuvo confianza en él, yo soy su cuidador y el que
mejor lo conoce. Por eso esta mañana cuando entré en la cuadra inutilicé el
freno, su boca seria libre y su espíritu volaría cumpliendo sus sueños.
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