martes, 11 de febrero de 2020


                              CARTA DE SAUL
Me llamo Saúl, tengo 11 años y vivo en una casa de tela. Muchas casas de tela forman mi ciudad.
Hoy han venido unos señores para denunciar al mundo la tragedia en la que vivimos, eso han dicho, y me han hecho una foto.
¿Pero es que hay otra vida? Yo soy sirio, lo sé  porque lo dice mi madre, pero yo nací aquí y no conozco otra.
De vez en cuando, viene personas como las que he dicho antes y nos traen cosas: ropa, mantas, comida… pero somos muchos y alguien se queda siempre sin nada.
La vez anterior yo tuve suerte y me dieron las gafas que llevo puestas, gracias al niño que no le servían yo puedo ver mejor, antes me mareaba.
Cuando vienen siempre estoy a su lado, cuentan cosas muy bonitas sobre ciudades hechas de piedra, no de tela, arboles grandes, trenes, coches y muchas cosas más que nos hacen tener ganas de salir de aquí cuanto antes.
El otro día vi todo eso en el ordenador que trajo la señora guapa y simpática. A mí me cae muy bien. Le pedí libros y me los ha traído. Ella es la que me ha animado a escribir esta carta. Dice que somos noticia de un día y que luego se olvidan de nosotros. Eso no es posible, somos personas como ellos, será por algo que no llego a entender.
Cuando sea mayor seré periodista, como mi abuelo, dirigía un periódico y dice mi madre que era de los mejores. Iré por todo el mundo contando la verdad de lo que pasa en estas ciudades de tela y por fin sabré la razón de tanta injusticia.
Pensad en nosotros cuando estéis calentitos en vuestras cómodas casas y con la mesa bien llena. No nos olvidéis, por favor.
Un beso de Saúl


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