Y EL
OTOÑO LLEGO
Las
hojas corren enloquecidas por las calles a merced del viento que sople. Sin
darnos cuenta también nosotros nos dejamos llevar esperando al final una
recompensa y no un sumidero negro.
Seguía
sin tener noticias suyas, ha pasado más de un año que se fue a un corto viaje,
según él. Yo le creí, porque estaba demasiado enamorada para darme cuenta de lo
que ocurría.
Me dejó
parte de su ropa y algunos objetos
personales, iban a ser solo unos días, me dijo, también me dejo “tiritando” las
tarjetas de crédito, los ahorros que con tanto esfuerzo, peseta a peseta y
luego euro a euro, fui guardando para mi vejez.
Ahora
pienso que fue solo un capricho otoñal por mi parte, por la suya no puedo o no
quiero definirlo.
Llegó a
mi vida cuando estaba pasando un mal momento. Me dio amparo, comprensión ,
cariño, todo lo que se necesita a cierta
edad cuando crees que el aire se te escapa, que no vas a tener otra oportunidad
de dar todo lo que llevas dentro, de vivir a tope como cuando eras joven.
Él me lo
dio. Bien pagado está.
Es un relato interesante.....hay que ver siempre el lado positivo de las cosas
ResponderEliminarUn tanto conformista, lo que no pega con el espíritu de la escritora, pero sirve para disfrutar el momento.
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