jueves, 13 de enero de 2022

 

EN BUSCA DE UN SUEÑO

 

He vuelto a mi tierra de la que salí hace muchos años en busca de un sueño, sin darme cuenta de que era aquí donde podía realizarse.

Vengo todos los días a este banco del parque, los veo pasar pisando esta tierra de nadie y de todos, dejando sus huellas y arrastrando la mochila que  llevamos del tiempo vivido.

Esta es la mochila que lleva la historia de mi vida. Nací aquí, una ciudad agradable, pequeña y muy conservadora. Al mismo tiempo que yo crecía la ciudad encogía, menguaba hasta hacérseme insoportable.

Quería ser escritora y pensaba que aquí nunca lo conseguiría. Todo era monótono, sin alicientes ni sobresaltos, sus habitantes no conseguían sacudirse las ideas caducas, llenas de prejuicios que poblaban sus mentes. Necesitaba salir, ver mundo, conocer otras culturas, absorberlas como una esponja para después volcarlo todo en cuentos, artículos, cualquier cosa serviría para transmitir las experiencias de mi nueva vida.

Dejé atrás amores, familia, amigos que insistían en que no me fuera. Mi alma estaba dividida, pero era joven y quería volar. El tiempo me demostró lo equivocada que estaba.

Conocí muchos países, en unos disfruté y en otros sufrí. Me di cuenta de que en muchos casos el poso de la maldad era el miedo al diferente. ¡Qué poco solidaria es nuestra especie! El mundo está dividido entre ricos, cada vez más ricos y pobres, en algún momento tendremos que reaccionar, si no por altruismo tendrá que ser por egoísmo o nos hundiremos todos.

Pasé por toda la escala de trabajos, hasta los más ínfimos y degradantes, cuando me sentí llena de historias empecé a escribir.

Al principio, tímidamente los fueron aceptando, mis escritos gustaban, ya había logrado mi sueño era escritora, pero tenía un gran problema, cuanto mayor era mi fama menos me gustaban mis relatos, les faltaba sentimiento, calor, no conseguía volcar mi corazón en ellos. Las descripciones eran buenas pero frías, los argumentos se quedaban en la superficie, los personajes no estaban vivos, eran arquetipos, no aportaban nada nuevo. Esto no encajaba en mi sueño.

Tuve amores y desengaños, quise escribir sobre mis sentimientos pero todo me parecía fingido, no logré o no supe expresar las experiencias por las que había abandonado tantas cosas.

Para el mundo triunfé, pero yo sentía solo el fracaso. Por eso he vuelto, ya mayor, a montar mi campamento imaginario en este banco del parque desde donde veo pasar la gente pisando esa tierra de nadie, con su vida a cuestas y me di cuenta que allí tenía la verdad, los personajes, solo con haberme fijado un poco en sus caras, sus sonrisas, su forma de andar y de relacionarse tenía el argumento de mis novelas, serian maravillosas, ahí estaba todo lo que les faltaba a las que tanto triunfaron. Tendrían el amor por mi tierra y por mis gentes, siempre habían estado conmigo.

He empezado de nuevo a escribir pero es demasiado tarde, todo se va apagando en mí. Me fui buscando un sueño y el sueño se quedó en aquel parque esperando mi regreso como un fiel amante.

 

 

 

1 comentario:

  1. Se repite la frustración que quiere explotar y salir a la luz dando otro sentido a la vida. Es la búsqueda que no cesa de lo que se quiere ser y transmitir. Aunque suene a autobiográfico, no lo es, porque tú sí que lo has conseguido

    ResponderEliminar