LOS
MAGOS
Hay
silencio en mi casa la mañana de Reyes, solo oigo mis zapatillas por el pasillo.
En las casas de otras familias, que salieron de esta, hay bullicio, bromas,
juegos, alegría, como había en la mía hace muchos años. Siento un poco de
nostalgia pero estoy feliz de que mis hijos experimenten esa sensación de
sentirse todopoderosos al mirar los ojos de los suyos entusiasmados abriendo
los regalos.
Ellos tenían
que esperar hasta que su padre, haciéndose el remolón, se levantara. Se metían en
la cama, le tiraban de las mantas hasta que se oía un grito:¡¡ Dejadme que ya
voy!! Pero eso no era todo, entonces se iba al cuarto de aseo y los niños
esperando nerviosos en la puerta. Yo se que lo hacía para que la ilusión durara
más, porque en cuanto se consigue lo que se quiere se acaba. Él era así, capaz de
guardar un regalo durante días creando esa atmosfera, maravillosa e
ilusionante, que se iba a deshacer en cuanto lo abrieras
La
noche anterior cerraba la puerta de la habitación, por cuya ventana tenían que
entrar los Reyes, con una cuerda para que los más traviesos no pasaran antes que él.
Le encantaba ver la alegría y la ilusión en sus caras.
Todavía,
antes de abrir esa puerta mágica, tenían que llegar los abuelos con más regalos
y entonces, solo entonces, con la parsimonia de un antiguo rito, se abría la
puerta y comenzaban los gritos, los besos, las exclamaciones y alguna que otra
decepción también, al no entender los Reyes la carta, o pensar que no era un
buen regalo.
Pero en
la vida no se consigue todo lo que se desea.
Hoy día
de Reyes mis recuerdos son un poco nostálgicos, pero me siento feliz de que
nuestros niños estén viviendo, con los suyos, esos momentos que no olvidaran.
Yo doy
gracias por haberlos vivido.
... Y poner el zapato en el sillón y dejar la ventana abierta para que pudieran entrar y poner comida para los camellos y asomarte por el cristal de la puerta cuando la claridad del día permitía ver lo que había dentro de la habitación...Tantos recuerdos de tantas noches y mañanas de Reyes que es inevitable no tener nostalgia.
ResponderEliminarEntrañable relato de experiencias vividas en primera persona.
Otro débito más que achacarle a la Pandemia, porque si no fuera por ella los abuelos habrían compartido esta explosión de ilusiones en primera persona también. Pero ya falta poco.......
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