jueves, 26 de enero de 2023

LOS FERIANTES

 El relato tenia que acabar con la frase: María podía ver el futuro

LOS FERIANTES

 

María nació en una feria en medio del estruendo de los caballitos, las barquitas, los tiros en las casetas y las noches de verano en los pueblos.

Sus padres adivinaban el porvenir, o eso decían, en realidad la adivina era su madre, con turbante, bola de cristal, cartas del tarot, un pájaro disecado en lo alto de un palo, patas de pollo secas sobre unos libros polvorientos y una mesa de camilla con tapetes viejos completaban el decorado.

De ellos aprendió el oficio, pero los tiempos eran distintos. Su “trabajo” estaba prohibido por las autoridades con penas de cárcel, por ser cosa de brujería con la intervención del “maligno”. Decían los que entendían de estas cosas que en porvenir solo lo sabe Dios y que a él no le gustaba que nadie tomase atajos.

Ella no hacia ningún mal, al contrario, ponía esperanza y consuelo, donde solo había frustración y dudas. Muchas veces hasta acertaba, pues las personas ponían todo su interés en que se cumplieran los vaticinios, igual necesitaban a alguien que los escuchara y les diera un empujoncito hacia sus deseos.

Al estar prohibido, estaba oculto. Tenía la caseta detrás de la mujer barbuda, el hombre más pequeño del mundo y algunos otros pobres desgraciados que se ganaban el pan exhibiéndose como muñecos en un escaparate.

Esa noche en plena sesión adivinatoria, una mano enguantada  descorrió la cortina que hacía de puerta y penetraron en la pobre caseta dos policías armados, dos grises, para entendernos y con esa imagen corriendo la cortina, por primera vez, María podía ver el futuro.

 

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