viernes, 3 de marzo de 2023

UTOPIA. Relato premiado en el concurso del Colectivo Carmen Conde--- Esperanza Asuar 2023

 

UTOPIA

 

Aquella noche mi sueño explotó en una nube roja que comenzó a deshacerse en gotas por el suelo de la cocina. Lo último que sentí  en este mundo que tan mal me había tratado fue pena, mucha pena por él, por mí y por los sueños rotos.

De eso hace ya mucho tiempo y aún estoy vagando por un espacio sin principio ni fin, esperando ver algún día si los hombres  han eliminado esa aberración como quitaron de en medio tantas otras cosas para ir creciendo como seres humanos  iguales y diferentes. Esa es la clave y la dificultad.

Al principio todo lo veía igual, es cierto que había algunos avances, más personas estaban concienciadas de que las mujeres éramos las compañeras no las esclavas, que podíamos llegar a lo más alto igual que ellos. Y de pronto un desgarro en el cielo, millones de voces clamando por las nuevas víctimas del afán de posesión, del odio al no ser acatado como dueño y señor.

Todo parecía una rueda que a veces iba despacio pero otras aceleraba sin saber porqué, destruyendo a más mujeres en la hoguera de sus vanidades y dejando dudas sobre lo logrado a base de mucho esfuerzo.

 Se dieron cuenta que había un principio para comenzar: La educación, los niños imitan lo que ven, tardarían dos o tres generaciones, lo conseguirían, pero había que empezar ya.

No habría roles definidos de niños y de niñas, podrían jugar a todo sin ser motivo de crítica o de mofa. Las mujeres poco a poco, participarían en deportes de los que habían sido excluidas siempre, sentadas ya en los consejos de administración de las empresas por méritos propios, cuidarían de los hijos conjuntamente padre y madre, el Estado estaría siempre atento a que hubiese suficientes guarderías y colegios con profesores cualificados para imprimir en esas mentes moldeables el sello de la igualdad, de la no discriminación, de la no violencia y poco a poco se recogerían sus frutos.

Mirando desde arriba veía países que avanzaban en este sentido, castigando duramente al que se saltara las leyes que por fin iban tomando cuerpo de mujer, pero había otros cuyas nubes se ennegrecían como las ropas en que estaban envueltas las personas del sexo femenino  como si fueran un regalo que solo podía destapar su hombre.

A esos países con la ayuda de todos también llegaría la educación, el respeto al diferente. Se darían cuenta de que  perdían el potencial de la mitad de la población y cuando sus riquezas en materias primas se fueran agotando, volverían la mirada a esa mitad que tanto habían despreciado.

Yo seguiré aquí observando, alegrándome por los logros y entristeciéndome por los fracasos, creo que aunque faltan muchos años, algún día llegaremos a ese mundo fantástico libre de machismos en todos los continentes.

 

1 comentario:

  1. Qué gusto da ver que se "reconoce" tu crecimiento como escritora de relatos. Enhorabuena por el merecido Premio. Somo afortunad@s de vivir en un mundo que se mueve hacia esa UTOPÍA más rápido que otros.

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