LA CULPA
La luz
iba dando paso a los grises y a las sombras en ese bosque de árboles
centenarios y entramadas ramas donde era fácil perderse, estaba rodeando la
casona de la que se había escapado en un descuido burlando la vigilancia a la
hora del almuerzo y desde entonces corría ladera abajo esperando encontrar algo
o alguien que lo sacara de allí.
El
viento empezó a soplar con más fuerza y al entrechocar los árboles sus ramas
producían sonidos semejantes a voces humanas que no entendía, los grises se
hacían por momentos más oscuros, imaginaba figuras que iban persiguiéndole,
alguien grita desde lejos un nombre que tampoco logra descifrar. Ahora se
arrepentía de haberse escapado, sus remordimientos irían siempre con él, no se
quedarían en la Casa de Salud, no recuerda cuándo y por qué ingresó pero sabe
que fue hace ya mucho tiempo.
Tiene
lagunas en la memoria pero no logra desprenderse de esos recuerdos, de esa
etapa de su vida que le produce horribles remordimientos y atacan con saña
cuando pensaba que lo había superado.
Le
vienen a la memoria flases inconexos como de película rota, pasa un trozo en
blanco y en seguida él se asoma a un dormitorio donde hay dos personas amándose,
a una de ellas la conoce bien es su mujer, a la otra la tiene mal enfocada.
Vuelve otro trozo en blanco y la siguiente imagen es una mujer colgada de una
lámpara y el hombre desenfocado goteando
sangre a sus pies. Él no sale en la película, seguramente porque era el que la
rodaba. ¿Son fantasía todos esos recuerdos? Piensa que el remordimiento es una
emoción inútil, no arregla lo que está hecho por eso hay que guardarlos en la
memoria olvidada, donde van las cosas que no han debido ocurrir, pero esos
recuerdos son insistentes, cuando cree que se ha desprendido de ellos, se
cuelan en medio de dos pensamientos para volver a atacar.
El
hombre grita ahora con todas sus fuerzas, es un ser atormentado, las sábanas
están empapadas de sudor y la cama deshecha por la lucha mantenida. El corazón
se le va parando poco a poco, quería acabar para siempre con ese sueño maldito,
por eso anoche no se tomó las pastillas.
Autor:
VIENTO DE LEVANTE
TRES submundos, uno dentro del otro, para describir en toda su crudeza una gran tragedia. Fenomenal
ResponderEliminar