EL OLVIDO
El
sueño se repite trayendo recuerdos distorsionados, agobiantes, casi
terroríficos de una situación que viví hace muchos años y quería olvidar. Cerré
la puerta de la memoria donde tengo los recuerdos desagradables y por la noche
se vengan manifestando en toda su crudeza lo que ocurrió, no lo que yo quiero
recordar.
El
centro del sueño es una habitación donde predominan las sombras, tan negras
como tinta derramada alargándose más allá de lo razonable.
La
ciudad donde ocurrió aparece con un símbolo, grande, pasional, valiente y
culta. Estaba enamorada de ella y ahora la odio. Sus noches de verano, su
aroma, sus sonidos me envolvieron y me llevaron a la locura.
El rojo
está muy presente en el sueño para que no olvide la sangre, fue un accidente
pero yo tuve la culpa.
El
negro también tiene mucho peso en la escena, oscuro como mi odio y mi alma de
entonces.
Acurrucada
en un rincón miro al gato jugar con la flor de la muerte, rojo y negro, sangre
y olvido.
Todo el
sueño refleja tristeza. Lo que pasó en esa habitación está secando como un
viento Solano la mitad de la maceta que hay sobre la mesa, en cambio su sombra,
fuera de allí, está fuerte, está en la vida.
Hasta el ave blanca levanta el vuelo para salir de allí donde entró por
error.
Solo
quedamos el gato y yo.
El
golpe no fue tan grande, mucho más pequeño que su traición, la culpa fue del
escalón por el que se asciende a los ventanales, si yo no le hubiera empujado…
Pero
¿Por qué él no sale en mi sueño? ¿Dónde está? Sé que lo deje tirado con una
expresión de asombro en los ojos.
Quiero
salir de esa habitación y no consigo levantarme. ¡Qué tormento la noche y sus
recuerdos.!
La portada es realmente siniestra y queda muy bien reflejada en el relato
ResponderEliminarMagnífico entrelazado de imágenes describiendo lo irrepresentable de los sueños. Recordar un sueño tan lúcidamente puede llegar a ser aterrador y muy inquietante. Estupenda confrontación entre lo terrible y lo esperanzador.
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