martes, 10 de octubre de 2023

MARÍA

 

A MARIA, MI NIETA

 

La noche era perfecta, uno de esos momentos en la vida que quisieras parar el tiempo porque te sientes en paz contigo y con todo lo que te rodea.

El escenario no se quedaba atrás, verano, un jardín, perfume de jazmines y de todas la benditas plantas que abren sus flores en esas noches mágicas para que nos demos cuenta  de la belleza que nos rodea.

Sentadas allí estaban dos mujeres, una mayor y otra muy joven, ambas deleitándose con el placer de la lectura.

Las cigarras aún rozaban sus alas para deshacerse del calor, el día había sido una dura prueba para animales, plantas y humanos.

Apagaron la luz para poder disfrutar de otra maravilla, ese cielo despejado lleno de luces formando dibujos que superaban cualquier imaginación.

Esa noche compensaría por todo el tiempo que tendrían que estar separadas, siempre la recordarían como una noche mágica, de confidencias, de acercamiento entre dos generaciones muy distantes, pero allí estaban disfrutando de la noche y del cariño que las unía.

Gracias por concederme esos momentos, María, cuando la vida se te ponga cuesta arriba, acuérdate de esa bendita noche en la que todo era paz.

 

 

 

1 comentario:

  1. Precioso relato. Incluso se pueden sentir los olores de la noche. !Qué buenos recuerdos de tantas y tantas noches en este mismo escenario! Los personajes van cambiando pero la paz y la belleza de ese entorno perdura a lo largo de los años.

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