REALISMO
TOTAL
Unas
decimillas de fiebre al entrar en el camerino no la inquietaron, ayudarían a
dar credibilidad al personaje que enfermaba y al final de la obra moría. La
fiebre iba subiendo y la emoción que transmitía era tan real que el director pensó cerrar el telón y llamar al médico, pero
estaba siendo una actuación tan perfecta que no se atrevió.
Al día
siguiente un cartel anunciaba la suspensión de la función por fallecimiento de
la primera actriz.
Al
volver las representaciones, la sustituta feliz pensaba “No le debió sentar
bien el té que le di antes de la función, además era ya muy mayor”.
Macabro total... vaya licencia. Con estas ideas los guionistas pueden agilizar cualquier final
ResponderEliminarJe je, que mala😁
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