lunes, 10 de marzo de 2025

FICCIÓN Y REALIDAD

 

FICCIÓN Y REALIDAD

 

 

Adiós, mamá, adiós, me decía tan ufano montado en su caballito de madera, con su espada, el casco con plumas rojas y la armadura que le regaló su abuelo. ¡Me voy a la guerra! decía, ese era su juego favorito. Yo tenía que despedirlo y estar allí cuando volviera victorioso.

Ese día lo despedí como siempre, Adiós, mamá, adiós. Pero mi corazón no estaba alegre, ocultaba mis lágrimas dentro para no acercarme a la realidad. Cuando volvió yo estaba allí, ahora podía llorar y dar suelta al dolor que encogía mi corazón. En su caja de pino, no lo oiría.

 

 

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