MI
CIUDAD
Pertenezco
a una ciudad española en el sudeste del Mediterráneo, ciudad alegre y
bulliciosa que solo le falta escuchar el sonido de un tambor para que sus
habitantes nos echemos a la calle a celebrar lo que sea.
Es una
ciudad metida en el mar, eso le ha dado riqueza y renombre en algunas épocas y
en otras el olvido por muchas causas, hace siglos una de ellas era el saqueo de
piratas berberiscos que atacaban a las poblaciones de la costa.
Tiene
más de 2000 años y por ella han pasado toda clase de personas venidas desde los
cuatro puntos cardinales.
Como ya
he dicho esta ciudad sube y baja como una montaña rusa, dependiendo de las
modas, los gustos, o las necesidades del gobierno central y ahora también del
autonómico que parece olvidar a una de sus ciudades con un mayor potencial económico,
Pero ahí está su puerto esplendido, maravilloso que tantos escritores y marinos
han alabado, es recogido, pequeño se diría que “coqueto”, rodeado de montes que
lo guardan con sus castillos de defensa en la cima. Esas montañas están tan
cerca del mar que no hay playas anchas con mucha arena, si no calas recogidas,
intimas a las que en algunos casos solo se puede acceder por mar.
El
cielo, cuando brilla el sol, que es casi siempre, es de un azul intenso.
Sus
vientos los aprenden los niños de pequeños, a mi me los enseño mi padre y yo a
mis hijos y nietos, ahora están en el Puerto escritos en el suelo debajo de una
gran bandera de España y señalando de donde vienen, porque en esta ciudad casi
siempre sopla alguno de ellos: Jaloque, Maestral o Mistral, Levante, Poniente y
Lebeche.
Mi
ciudad es marinera, de pescadores, de marinos de guerra y ahora también de
comercio de contenedores y de grandes cruceros sin olvidar a la empresa
Navantia, que fabrica barcos y submarinos alabados en todo el mundo.
También
es industrial, en el gran polo de Escombreras con la refinería y muchas
industrias afines que fueron creciendo a su alrededor.
Tenemos
un legado romano fabuloso, que es la base de la “nueva” industria: El turismo.
Buen clima, gente amable, buena gastronomía, museos y monumentos históricos ¿Se
puede pedir más?
Pues
sí, se puede pedir más” UN TREN” Porque desde hace varios años no tenemos
enlace directo con casi ninguna ciudad de España, teniendo que ir a Murcia para
poder coger el tren a Madrid, es más fácil llegar a Cartagena, porque está es
la ciudad de la que estoy hablando, en crucero que en tren. Todos esperamos que
esto se solucione lo antes posible para poder seguir creciendo como ciudad y
generando riqueza a nuestra comunidad.