LAS
PUERTAS DE LA VIDA
Sabia a
soledad pero también a paz, era la sensación que me transmitía ese jardín antes
lleno de vida y ahora tan silencioso.
Cuando
caía la tarde caían con ella la soledad y la tristeza, las flores del hibisco
se cerraban después de haber lucido esplendorosas, entonces despertaban el Don
Diego, la Dama de noche, la Madreselva animándome a seguir un día más.
No todo
se ha perdido, me decían con su penetrante olor a noches de verano, es solo una
puerta que se cierra pero aún quedan por explorar.
Mañana
volverá a salir el sol y otras flores adornaran como siempre el jardín.
Colores y olores que nos recuerdan que el verano está a la vuelta de la esquina. Si Dios quiere, volveremos a disfrutarlos un año más. Pasan los años pero ellos siguen estando ahí
ResponderEliminarPocas cosas tendrán en la vida, el poder de evocar con tanta intensidad, situaciones de la infancia sobre todo, o de otras épocas mas cercanas, como el olor de las flores que nos han acompañado en aquellos veranos, jazmines, galán de noche y tantos más...
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