miércoles, 23 de octubre de 2024

LA ULTIMA POSE

 

MI ÚLTIMA POSE

Esas ramas han crecido con tu savia, me dijo el pintor del que he sido modelo muchos años. Después del accidente no quería que pintara mi rostro, no me importa, dijo, tienes mucho que transmitir, te voy a pintar de espaldas.

Durante las sesiones no paraba de preguntarme por mi vida, mis recuerdos, las personas que se habían cruzado en mi camino, como me sentía en esos momentos, si guardaba imágenes positivas de ellos.

Es agradable hablar cuando tienes que estar inmóvil largo tiempo. Lo que empezó como una conversación intrascendente fue subiendo de carga emocional y terminé abriéndole mi alma, hasta las cosas más escondidas salieron en aquellas sesiones, fue para mí una verdadera catarsis, allí se hicieron presentes dolores escondidos a los que no quería volver pero que no conseguía olvidar, alegrías que duraban poco, como esas ramitas cortas y débiles que cualquier viento arrastra, amores intensos llenos de fuerza y sangre, desilusiones que dolían en las vísceras, una rama larga salía de ellas y se ramificaba en otras pequeñas para que no se llevara el desengaño toda la savia.

En esos momentos quería renacer, seguir, la vida es hermosa aunque recibas el blanco y lo negro de ella.

El pelo hacia delante deja la espalda como un mapa en blanco donde he podido escribir tu vida, me dijo y esa mano que asoma temerosa va buscando buenos recuerdos para poder seguir creando, imaginando, viviendo, que nada nos aplaste, que nada nos frene, siempre habrá ramas nuevas a las que aferrarse.

 

 

 

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