lunes, 17 de febrero de 2025

LOS MONSTRUOS DE LA MENTE

 

LOS MONSTRUOS DE LA MENTE

 

Manuel Decidió saltarse la merienda, el chocolate con pan después del rosario. Iría a la feria a La Casa de los Horrores, había descubierto un sitio por donde colarse.

Una vez dentro se arrepintió, bajo una luz tenue danzaban a unas figuras negras rodeándolo, su corazón saltaba al compas de esos monstruos cada vez más cercanos. De pronto lo agarraron por el cuello, el susto fue terrible y cayó sin sentido al pie de un letrero que ponía: INFIERNO. Cuándo despertó vio que, como pasa en la vida, solo era una parte de la La Casa de los horrores.

jueves, 13 de febrero de 2025

MARÍO

 

MARÍO

Mario entró en mi vida por casualidad. En el pueblo el cotilleo iba subiendo de tono hasta negarle el saludo a Julia, una joven de 16 años y embarazada, según las “malas lenguas no sabía de quién”. En los años 50 del siglo pasado el peor pecado de una mujer era quedarse embarazada sin tener marido que respondiera por ella.

Ahora ya mayor, sentada en mi mecedora veo a Mario en la habitación donde le instalé un pequeño taller y me siento orgullosa recordando el día  en que Julia vino muy apurada con el bebé en los brazos, pidiéndome por favor si podía cuidarlo los días que ella trabajaba en el campo. Yo acababa de jubilarme y me pareció estupendo por primera vez en mi vida tener a quien cuidar. Traía consigo todo el equipaje, biberones incluidos.

Al principio lo paseaba en el cochecito y, al tiempo que los vecinos nos daban los buenos días, se acercaban, yo creo, para encontrarle parecido con algún hombre del pueblo. Mario fue creciendo y me daba una felicidad inmensa esa manita agarrada a la mía con total confianza, la que solo tienen los niños que se sienten queridos.

Un día de verano estaba jugando en el patio de mi casa, en un rincón le había puesto tierra y un cubito de agua y allí estaba amasando y haciendo figuritas de barro que luego ponía al sol y al día siguiente esa arcilla se había convertido en un caballo, un niño o un guerrero,  entonces me pidió un papel y un lápiz para escribir la historia en la que iban a participar sus figuritas.

A partir de entonces siempre que el niño iba a escribir se lavaba delicadamente las manos, que no quedara en ellas ni una pizca de barro y miraba el papel en blanco con reverencia como hubiera hecho cualquier pintor famoso ante un lienzo sin empezar.

Yo había ido guardando todos sus cuentos desde los primeros, que casi no se entendían, hasta los que ahora adolescente dejaba abandonados encima de la mesa y los llevé a encuadernar. Cuando Mario vio sus cuentos hechos un libro no pudo contener la emoción y se abrazó a mí llorando de agradecimiento y alegría.

 La vida siguió su curso y lo llevó por otros caminos pero siempre que podía volvía a su “pequeño taller” a moldear y a escribir, y yo soy feliz al tener un trocito de juventud acompañando mi vejez.

miércoles, 12 de febrero de 2025

CONTRASTES

 

CONTRASTES      ( Lo que les sucede a dos personajes distintos a las mismas horas del día)

 

Son las 7 de la mañana y llevo ya bastante tiempo despierta, me entretengo pensando en lo que fue mi vida, va a  empezar un día que será una copia del anterior, pero eso es deseable a mi edad. Dentro de poco entrará la joven que me cuida con esa vitalidad que tiene,  hablándome de cualquier cosa para hacerme agradable el día. La ducha mañanera, la crema por el cuerpo, a continuación el desayuno y después largo tiempo sentada mirando al ventanal en silencio. Leo un poco pero los ojos se me fatigan.

Acaba de sonar el despertador son las 6:30, como cada día despierto con un beso a mi compañero y voy repartiendo besos por las habitaciones de mis hijos, ruidos, gritos, nervios para no llegar tarde al trabajo, pues tengo que llevarles antes al colegio, entramos a las 9  menos mi marido que empieza a las 8, por eso a esta hora de la mañana nos las tenemos que arreglar solos. Cada uno se ocupa de una cosa, el mayor hace los desayunos, la niña me ayuda a vestir a los pequeños y ellos recogen los juguetes mientras yo termino la comida que empecé la noche anterior. Risas, empujones,  llantos, gritos para que aceleren. La casa se queda descansando y en silencio hasta medio día.

Si hace buen día darnos un paseo corto, puedo andar pero me canso mucho, cuando volvemos la comida está preparada, María es una buena cocinera dentro, claro está, de mi estricto régimen. Después de comer la siesta y espero la tarde con alegría porque vienen mis hijos, cada día uno, ellos hacen que la soledad sea más llevadera.

Salgo rápida del trabajo recorro el camino inverso, ¡el trafico está fatal! Los voy recogiendo y en el coche todo son risas, jaleo al querer contar a la vez lo que han hecho en el cole. Llegamos a casa, quitarse los zapatos, lavarse las manos a conciencia, los pequeños juegan tirados en la alfombra y los mayores oyen música o adelantan los deberes. Cuando se oye la cerradura en la puerta, otra vez todos corriendo para ser el primero en el beso y contar a su padre como se hizo la heridita del dedo. Comida y vuelta todos al trabajo.

Ya es de noche, vuelve el aseo, la cena, la TV que no entiendo y a la cama que se me quedo ancha hace mucho tiempo, pero sigo haciendo el mismo ritual, contar las cosas del día, el beso de buenas noches y busco sin encontrarla su mano que al unirse con la mía el amor transitaba de un cuerpo a otro. Mañana será otro día.

Ya están acostados, la casa en silencio y nosotros dos suspiramos aliviados al dejarnos caer en el sofá. Contamos el resumen del día, discutimos algo en voz baja y nunca nos vamos a dormir sin aclarar las diferencias de opinión. El beso, el abrazo de buenas noches y felices de estar juntos emprendemos la senda del sueño. Mañana será otro día.

Pasa el tiempo pero el espacio sigue siendo el mismo.

 

 

martes, 11 de febrero de 2025

EL MANTÓN

 

EL MANTÓN

 

Aquel día subió por última vez a casa de sus padres, pues la semana siguiente iban a demoler el edificio, en el piso no quedaba nada salvo el mantón acodado en una silla, quería verlo una vez más, tenía algo que la atraía y aun así lo iba a dejar allí para que las maquinas lo destrozaran haciendo de él trocitos pequeños y rompiendo el maleficio que como una leyenda se había instalado en su familia desde hacia generaciones.

El mantón era una maravilla, dejado allí de cualquier manera y después de tantos años tenía que estar ajado, estropeado por el tiempo, pero no era así, con la poca luz que entraba por las ventanas medio cerradas parecía que refulgía, brillaba de una forma que no era natural.

Estaba hecho de seda negra con flores de colores brillantes, atractivos, tan pronto suaves o agresivos según la luz que les llegara en ese momento, las flores no eran conocidas en estas tierras y daban idea de su procedencia en alguna remota isla del Pacifico sur, donde según la leyenda familiar un antepasado, marino de buena planta, llegó con la idea de hacer fortuna. Pero hizo mucho más que eso, enamoró a una joven nativa a la que enseñó su idioma y los secretos del amor en las noches cálidas junto a las rocas de esa playa con arenas doradas. Habia ido por fortuna y se encontró atrapado entre dos amores, los sueños y recuerdos de uno lejano y los susurros y caricias del presente que lo tenía varado en tierra.

Pasaron los años y el comercio le dio lo que iba buscando, se hizo rico y quiso volver, el nuevo amor tiraba más que el antiguo, pero era un caballero daría explicaciones y volvería. Ella le regalo ese precioso mantón para que las mujeres de su familia lo lucieran y él no olvidara su promesa de volver, no lo hizo y el mantón resultó ser portador de algún maleficio por olvidar el marino sus amores en tierras lejanas donde dejó parte de su corazón.

Todas las mujeres que lo llevaron fueron desgraciadas, por un motivo u otro ninguna fue feliz en el amor.

Se fue acercando a él poco a poco, estaba extendido en la silla luminoso, atrayente, su mano temblaba como si tuviera vida propia atraída por el mantón. Era una pena dejar una joya así por una superstición, puede que sin fundamento, solo quería tocarlo pero en el último momento logró apartarse de él, pensando que en la vida las cosas más bellas y deseadas también pueden hacernos sufrir. Y sin mirar atrás salió dando un portazo, dejando al mantón acodado en la silla.

 

 

 

lunes, 10 de febrero de 2025

EL RESBALÓN

 

EL RESBALÓN

 

Le dio la idea de embadurnar con aceite los escalones pero no fue una buena idea. Él quería tener un monopatín como sus amigos que hacían maravillas en la plaza, pero nunca había dinero para comprarlo. Cuando protestaba su padre le decía que antes, ellos mismos se hacían sus juguetes y eso hizo.

Cogió una tabla y pensaba deslizarse por ella sobre los escalones como un monopatín por la nieve bajando la cuesta de la montaña. Oyó el grito de su madre diciéndole que no se levantara de la cama. Si todo era un sueño ¿por qué tenía el cuerpo dolorido? vio entonces su monopatín sin ruedas y comprendió.

martes, 4 de febrero de 2025

UN JUEGO INFANTIL

 

UN JUEGO INFANTIL

 

 

Corría y corría solo por el placer de hacerlo, de sentir las ramas de los árboles cerca de mi cara, el suelo todavía un poco húmedo por la lluvia de la noche anterior y  ese aire perfumado que me traía  tantos recuerdos. Tenía dos semanas de vacaciones y el jardín de mi abuela era el sitio ideal para pasarlas. Allí había de todo, pequeños animalitos que yo contemplaba  extasiada y que poco a poco iban aumentando mi colección. Hojas de arbustos de muy diversas formas y colores que guardaba en los libros.

En aquel ambiente casi mágico se desarrolló un gran duelo el año anterior; Con los niños de los alrededores organizamos un campeonato de peonza, yo me presenté con una que había sido de mi padre y estaba un poco estropeada, además no iba a ganar ¡qué más daba! allí estaban las mejores trompas y los niños más hábiles que yo conocía,  una niña no tenía nada que hacer. Pero se hizo el milagro y fui ganándoles la partida uno a uno;  mi  trompa se movía como si tuviese vida propia y saltaba de mi mano para girar, ante el asombro de todos, de una manera elegante, era como un baile, una danza, la tirara como la tirara siempre caía de pie y siempre ganaba. Pero en la última jugada con un ruido extraño se partió en dos, era como si de tan vieja no hubiera podido soportar tanta gloria.

La guardé en una caja y la enterré a la sombra de un gran árbol.

¿Qué pasaría este verano? ¿Cuántas cosas maravillosas me ocurrirían? Eso iba pensando mientras corría y corría solo por el placer de hacerlo.

lunes, 3 de febrero de 2025

POSESIÓN DOMINANTE

 

POSESIÓN DOMINANTE

 

Me esparce crema solar por el cogote otra vez, estoy harto de sus mimos, sus caprichos y sus deseos que son órdenes.

Tengo que quererla aunque me cae mal, es una pesada. Si ahora estoy pringoso y se me pega la arena, la culpa es suya ¿Por qué tuvo que llevarme a pelar? A todos gustaba mi melena.

Necesito un poco de libertad, estar con amigos. En un descuido echaré a correr pero siempre me alcanza, no sabe que yo volvería porque la comida es buena y la cama calentita.

Pero pienso que esta no es vida para un perro.