LOS
MONSTRUOS DE LA MENTE
Manuel
Decidió saltarse la merienda, el chocolate con pan después del rosario. Iría a
la feria a La Casa de los Horrores, había descubierto un sitio por donde
colarse.
Una vez
dentro se arrepintió, bajo una luz tenue danzaban a unas figuras negras
rodeándolo, su corazón saltaba al compas de esos monstruos cada vez más
cercanos. De pronto lo agarraron por el cuello, el susto fue terrible y cayó
sin sentido al pie de un letrero que ponía: INFIERNO. Cuándo despertó vio que,
como pasa en la vida, solo era una parte de la La Casa de los horrores.
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