lunes, 20 de abril de 2020


CUENTO PARA NIÑOS.
Me han encargado la portada de un cuento para niños. El día está gris y cargado de malos presagios. Si no les gusta a los editores, no podre pagar las deudas ni seguir comiendo hasta otro encargo. Pero no voy a venderme haciendo lo que me pidieron, algo edulcorado y ñoño. Mi espíritu y mi libertad valen más que mi estomago.
Haré lo que yo creo que es el reflejo de todos los niños de ahora, de antes y espero que no sea también el del futuro.
He buscado un fondo negro y en el centro dibujare en blanco la figura de un niño. Los niños deben ser la alegría y el futuro de la humanidad, por eso usare el blanco. Pero no será una figura cualquiera, quiero representar  a los niños ricos, a los que todo les ha sido regalado por la vida nada más nacer y también a los otros, los que no pueden ir a la escuela, los que trabajan a edades muy tempranas, los que son maltratados…
Para ello he pensado en una cabeza con dos perfiles, no serán simétricos. Uno con la barbilla elevada, rotunda, orgullosa y el otro la tendrá hacia dentro, hundida, humillada y es de suponer con la mirada baja. El brazo del perfil de niño rico estará relajado, indolente, pegado al cuerpo, no tiene que conseguir nada, todo se lo dan hecho y del otro solo se adivinara medio brazo para que imaginen la mano en actitud mendicante.
Aunque me lo han prohibido los editores, estoy decidido  poner a su lado la figura de una niña, las grandes olvidadas de la historia. Ya se me ocurrirá algo que refleje esa doble cara de la misma moneda.

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