domingo, 4 de mayo de 2025

EL ESCRIBIDOR DE LA PLAZA

 

EL ESCRIBIDOR DE LA PLAZA

 

 

Yo corría con todas mis fuerzas que ya eran pocas después de un largo día en el campo, los braceros lo teníamos duro,  hasta que no sonaba la sirena no había manera de escaparse, pues vigilaban bien los capataces.

Por eso corría tanto,  hasta la ciudad había solo unos pocos kilómetros,  pero a mí me parecía que la carretera se estiraba y no lograba avanzar.

 Tengo que llegar a tiempo, antes de que el escribidor de la maquina con teclas que tenían dibujos se fuera, también podía pasar que la cola fuese muy larga y cuando llegara la hora se marchara, pues no trabajaba en el campo, era su propio jefe y podía hacerlo , si quería.

Mientras Corría  pensaba, ¡Que buen oficio ese!  Todo el día sentado y mandando alegrías y penas, que no son tuyas, a todas partes.

Llegue a la plaza y todavía estaba allí, la cola no era muy larga pero vi que discutía con uno por cuestión de plata.

¡Que paren ya! ¡Que no voy a tener tiempo de escribir lo mío! ¡! Y era tan importante!!Mis viejos que vivían en la montaña se pondrían locos de contentos al saber que les había nacido su primer nieto.

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