domingo, 15 de junio de 2025

LAS LEJAS

 

LAS LEJAS

 

La noche era cerrada en aquel paraje desolado y la lluvia formaba una cortina que anulaba los potentes faros del coche hasta casi hacer invisible la carretera, si a ese camino de cabras se le podía llamar así.

No había tenido más remedio que ir esa noche, mañana llegarían las palas  para derribar la casa y el tenía que llegar antes para destruir el secreto que había estado tantos años guardado en aquella habitación convertida en su pequeño laboratorio juvenil.

Tantos años en el extranjero, sus premios, la importancia que su vida había tenido en una sociedad extraña que lo había acogido como a un gran científico. Todo se descubriría sino llegaba a tiempo. ¿Cómo era posible que su familia no le hubiera avisado de la demolición? Aunque tuviera que luchar contra todas las fuerzas de la naturaleza, que parecían desatadas esa noche, conseguiría llegar.

La casa estaba sucia, olvidada., el polvo, las telarañas y los bichos habían hecho de ella su reino.

Atravesó la cocina y entro en su antiguo laboratorio. Estaba tal como lo recordaba. Lejas y lejas en todas las paredes y en ellas montones de frascos a los que el paso del tiempo, les había borrado las etiquetas con los nombres.

Pero su mente no obedecía a recuerdos agradables, solo a la destrucción. Cayeron los tarros, el suelo se lleno de cristales y en su locura por encontrarlo, no se dio cuenta que un humo color grisáceo ascendía suavemente por entre los restos del naufragio en que se había convertido la habitación.

Se dio cuenta demasiado tarde, la mente se le nublo, las piernas no le sostuvieron y cayó al suelo como una pieza más de la debacle que el mismo había ocasionado.

A la mañana siguiente los obreros lo encontrarían llevando su secreto en la mano. Pero ya nada importaba.

 

 

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