NECESIDAD
O CAPRICHO
Era la
ilusión de mi vida, tenía 7 años y no tenia bicicleta, si no la conseguía me
moriría de pena, el mundo se acabaría o habría cualquier desgracia gorda. Eso
pensaba yo entonces, cansada de rogarles a mis padres fui a suplicarle a mi abuela.
_Abuela
cómprame una bicicleta color de rosa, todas mis amigas tienen y yo tengo que
correr detrás de ellas por la glorieta.
_Anda
hija calla, no está la vida para caprichos, hay muchas necesidades antes.
Pensándolo
ahora, eran años duros, poco dinero y mucho trabajo, pero yo solo entendía que
no me la querían comprar, aquello iba a ser una misión imposible, mis padres
siempre iban cortos de dinero pero a mi hermano le habían traído los reyes el
coche de carreras que quería... claro como era un chico, yo no me daba por
vencida aun me quedaba una opción, el sábado vendría mi tía, era joven y guapa
yo quería ser como ella de mayor, tener una casa para mi sola, ser
independiente, pero bueno ahora toca la bici.
Espere
con muchos nervios la llegada del sábado, fui con mi abuela a la estación y en
cuanto bajo del tren me agarré a su falda con un abrazo bastante interesado
diciéndole: tita todas mis amigas tienen bici
y yo no, mis padres y la abuela me dicen que no tiene dinero pero yo sé
que es por miedo a que me caiga, eso no pasará porque sé montar, he aprendido
con la de una amiga detrás de la estatua de Isidoro Maiquez, para que la abuela
que siempre está en el mirador no me vea y se lo diga a mis padres .
Después
de soltarle el rollo de un tirón, mi tía me dijo: Ya veremos, mi última
esperanza se desvanecía, tendría que seguir gorroneando bicis.
Me
lleve un gran disgusto pero con los años yo también he tenido que negar algunos
sueños a mis hijos, en la vida no todas las ilusiones se cumplen, hay que
aprender eso desde pequeños para que no se convierta en una constante
frustración.
Ah se
me olvidaba, los reyes siguientes me trajeron la bicicleta.
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