lunes, 21 de julio de 2025

UNA NOCHE TOLEDANA

 

UNA NOCHE TOLEDANA

 

 

En la agencia de viajes me preguntaron: ¿Desea usted unas vacaciones movidas o de silencio y tranquilidad?

Después del curso que había pasado con tanto trabajo y tanto estrés no lo dude y  dije: quiero un lugar solitario, sin gente alrededor que haga fiestas y juergas hasta el amanecer, sin tener vecinos chismosos o cotillas que vengan a presentarme sus respetos y no me los quite de encima en todas las vacaciones.

_Tenemos el lugar ideal para usted, además como está lejos de todo la casita tiene alarma conectada directamente a la policía, usted ni se enterara de que tiene intrusos.

Siguieron comentando las excelencias del lugar, a la casa no le falta detalle, frigo y congelador lleno, menaje de cocina nuevo, ropa de casa incluyendo mantas pues por las noches refresca, hicieron todo lo posible para convencerme solo les faltó decirme, allí disfrutará usted una paz que ya quisieran los del más allá.

Decidida a pasar 15 días de relajación total, contraté la casita que por cierto me salió mucho más cara de lo que tenía previsto, pero lo daba por bueno si podía recuperar la paz interior.

No me dieron la ubicación,  solo un plano y algunas recomendaciones. Eso ya no me gusto tanto, se excusaron diciendo que allí no había buena cobertura, que internet muchas veces confunde, que todos sus clientes preferían ese método, en fin no quería ser negativa, cogí con ilusión todos los papeles y fui a casa deseando empezar la maleta.

A la mañana siguiente Salí dispuesta a volver con las pilas recargadas para empezar de nuevo.

El sitio estaba más lejos de lo que me dijeron, pero no pare en ningún hostal del camino, quería llegar esa noche. Al acabarse la carretera, según el mapa tenía que internarme por un camino secundario, yo creo más bien que era de la era terciaria, lleno de piedras y baches, por allí no había pasado un coche en siglos, pero animosa seguí mi camino despacio.

Como en las malas películas de terror, se desato una tormenta terrible, agua, rayos truenos, aquello era el fin del mundo. A lo lejos me pareció ver una luz parpadeante y hacia allí me dirigí, o era mi ansia por llegar o esa luz era movible y cada vez estaba más lejos. Con el ánimo ya por los suelos aparqué el coche al lado de una valla que había al borde del camino y me acomode para pasar allí lo que quedaba de noche, por la mañana lo vería todo de otra manera, la luz, los pájaros, los árboles me quitarían el mal sabor de boca del viaje.

 

No llevaría ni una hora descansando, cuando empecé a escuchar sonidos extraños que venían de detrás de la valla, era una mezcla de música, aullidos, lamentos, mezclados con la tormenta era el lugar adecuado para un infarto.

Y como también ocurre en las malas películas, al no querer parar por mi afán de llegar cuanto antes, no miré el indicador del depósito de gasolina, en definitiva no me podía mover de allí.

 Cuando acabaron los sonidos empezaron a aparecer seres extraños, o a mí me lo parecían, que se acercaban, ya no pude más y salí del coche corriendo, tropecé y caí, pensando que no vería amanecer,  cerré los ojos y creo que me desmaye.

Al despertar estaba en una habitación limpia, espaciosa y rodeada de todos mis amigos con los que no había querido ir de vacaciones por mi deseo de soledad, todos con caras de preocupación porque la broma se las había ido de las manos, me pidieron perdón, habían renunciado a sus vacaciones “movidas” por no dejarme sola.

Me disgusté, pero al final comprendí que lo hicieron por mi bien, para sacarme de la apatía en la que me encontraba.

Por supuesto me fui con ellos al sitio de la costa donde más juergas había, yo creo que fueron las mejores vacaciones en muchos años y nunca más desee ir a sitios solitarios de vacaciones.

Ah, se me olvidada, la prima de una  amiga era la dueña de la agencia y también participó en la broma, por supuesto me devolvió el dinero.

 

 

 

 

 

1 comentario:

  1. Vaya giro argumental!! A veces no tenemos claro lo que necesitamos y las circunstancias y las personas cercanas nos ayudan a descubrirlo.

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