viernes, 26 de julio de 2024

LA PULSERA

 

LA PULSERA

 

Oigo el ruido del mar por encima de mí, quiero subir y no puedo, los pulmones me arden, noto una mano que agarra la mía y tira hacia arriba, no  respondo al estímulo, solo al clavarme la pulsera en la muñeca despierto de ese sueño parecido a la muerte.

Esta es la pesadilla que me ha acompañado toda la vida. En mi sueño me veo joven intentando salir de mi país en guerra para buscar otros horizontes, un sitio de paz. He visto matar a toda mi familia y corro hacia la selva. Hasta ahí recuerdo, después todo se funde en negro y despierto con terror, como si acabara de ocurrir.

Cuando me sacaron del mar sin conocimiento, creo que fui con los demás supervivientes a un hospital, tarde bastante tiempo en recuperarme, preguntaba a todos ¿Quién me sacó del agua? ¿A quién le debía volver a estar vivo? Nadie sabía contestar.

Con el  alta médica en la mano me encontré en una ciudad que no conocía y de la que apenas sabía  el idioma, pero trabajé duro, estudiaba por las noches, tuve confianza en la bondad del ser humano y algunos me ayudaron, como el dueño de la cafetería que necesitaba un camarero y  consiguió los papeles sin tener que recurrir a las mafias.

Pasaron los años terminé mis estudios, encontré trabajo y seguía ayudando  los fines de semana a mi antiguo jefe. No podía olvidar a la persona que me salvó del agua, todos estos años la he buscado sin éxito, lo que sí recuerdo es la pulsera, brillante, dorada con una especie de saliente que fue lo que me hizo reaccionar al sentir el dolor en la muñeca.

Un sábado por la tarde, servía las mesas y la vi en el brazo de un hombre de edad cercana a la mía, sin saber qué decir después de tantos años nos miramos y al desviar mi vista a la pulsera supe que era él y que me había reconocido.

Empezamos en ese momento una bonita amistad que duró hasta su muerte. Cuando cayó enfermo iba todos los días al hospital a hacerle compañía, hablábamos de nuestras vidas, de lo que supuso para él salvarme, nunca lo había olvidado y también al principio me busco con todos los medios a su alcance.

Ahora llevo yo la pulsera gracias a ella salve la vida y encontré un buen amigo en este país que ya considero mío.  

 

 

 

2 comentarios:

  1. Bonita historia de superación, solidaridad y sacrificio por los demás. La inmigración, el hambre y las enfermedades en el tercer mundo son el gran escándalo de nuestra época y uno de los grandes debes del ser humano.

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  2. En pocas palabras se intuye toda una vida y se conoce al personaje

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