lunes, 29 de enero de 2024

AROMA DE VAINILLA

 

AROMA DE VAINILLA    

 

Me despertó de la siesta aquel aroma de mi infancia, del que recuerdo el olor,  el sabor, solo de pensarlo se me llena la boca de saliva, como cuando llegaba del colegio con hambre y desde la escalera, olía el guiso que mi madre había preparado para ese día.

Mis recuerdos asociados con ese aroma ocupan un buen espacio en mi memoria, se entrelazan con tardes de verano interminables, niños y niñas jugando a las bolas, a la comba, a la pilla o al testé (la rayuela para los finos), todo esto debajo de unos majestuosos ficus que no solo nos protegían del calor, sino que también filtraban la luz haciendo de ese lugar algo mágico, como una isla en medio de la ardiente tarde.

Por una de las calles que daban a la plaza, veíamos venir al “Chambilero”, con su carrito, que tenía un toldo de tela azul con listas blancas y sus dos vasijas empotradas en la madera de las que solo sobresalían las tapaderas de metal blanco, tenían forma de gorro de Vikingo (o eso nos parecía), empezaban en circulo y este se iba haciendo cada vez más pequeño acabando en una bola por donde la cogía el Sr Antonio ( el chambilero) para destaparla…,entonces salían de ella todas las maravillas de la creación, en forma de aroma de vainilla.

El Sr Antonio no llegaba hasta bien entrada la tarde, el hielo que rodeaba las vasijas se derretiría con tanto calor, aunque a su alrededor tenían una gruesa capa de corcho no era suficiente aislamiento.

Los niños hacíamos los recados sin protestar a cambio de conseguir algunos céntimos y a lo largo de la semana, llegar preciado” real” que era lo que valía el “chambi”, las economías familiares no eran las de ahora pero éramos solidarios, si algunos conseguían el preciado botín de él participábamos todos.

Éramos felices, éramos libres, teníamos muchos amigos, jugábamos juntos o nos separábamos en pandillas para hacer guerras con las hojas y las bolas de los ficus. Todos los veranos al tomar un mantecado, me viene a la memoria la imagen  de unos niños sentados en el escalón de la glorieta mirando la calle por la que aparecería el Sr Antonio” El Chambilero”.

 

 

1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho. Está tan bien descrita que he podido sentir como si yo también hubiera estado allí disfrutando de todo ello.

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