EL
MUÑECO
Una
calavera, pequeña y antigua era lo que me faltaba para tener el muñeco
completo.
Había
ido varias veces a la “cueva de los huesos”
y escarbando los encontré todos, lo difícil fue armarlo, pues nunca me
quedaban las dos piernas iguales o las manos del mismo tamaño y hasta tuve que atar la cadera con un trozo de tela
vieja pero no ha quedado mal, para la función que tiene que desarrollar es
suficiente, con la calavera en su sitio ya puedo dar la clase de Anatomía. ¡Mi
escuela es tan pobre!
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