EL
NEGATIVO
Desbordado
de negativos defectuosos estaba el contenedor y yo desesperado rebuscando entre
ellos. Tenía que encontrar la prueba de la desaparición de todos los que
entraban en esa habitación y no volvían a salir. ¿Dónde estaban? No quedaban
restos. Soy detective privado y no podía fallar porque ya estaba dentro. Oí un
ruido detrás, la puerta se cerro de golpe y una potente luz de flas inundó la
estancia, sentí terror y un vértigo se apoderó de mí, algo me hacia girar sin
parar cayendo al contenedor en forma de “negativo defectuoso” como tantos otros
antes.
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