HUYENDO
DE LA REALIDAD
Con una
piruleta como único consuelo y tirando de su muñeca volvía a casa ¡Solo había
ganado esa piruleta, con tantos juguetes que había en la tómbola. La gente la
miraba extrañado ¿Por qué? Llevaba las uñas limpias y su mejor vestido ¿Qué
pasaba si se sentaba en un escalón a jugar con su muñeca? No entendía a los
mayores, siempre serios, trabajando para tener cosas que no disfrutarían.
Llego a
casa y salió su madre con cara seria diciéndole: Venga, quítate el traje de
niña ¡Qué manía con no querer saber que tienes cuarenta años!
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