miércoles, 1 de mayo de 2024

EL RINCONCICO

 

El RINCONCICO    (Adaptación del relato incluido en mi libro MECIÉNDOSE CON LAS OLAS publicado en 2017)

 

El sol se filtraba por la claraboya de la escalera inmisericorde, arrebatando destellos a los azulejos de las paredes, restos del antiguo esplendor de aquel edificio.

En julio a las 4 de la tarde la siesta era el ritual que casi nadie se perdía, salvo ella, la pequeña de 8 años  que salía de su casa a esa hora con dos cajas de cartón, llevándolas como si fueran un tesoro, llegaba al rincón del descansillo  y empezaba el ritual de todas las tardes.

Abría con cuidado las cajas y comenzaba a sacar las muñecas de papel recortable que su madre le compraba en el carrillo al salir del colegio. Hoy vivirían aventuras que su fantasía crearía para ellas, princesas en castillos, guerreros que venían a su rescate, navegar por un mar lleno de peligros…en su imaginación cabía todo. Tenía, para completar el escenario, otros elementos que su padre le había hecho con trozos de cartón: Una casita con una torre, sillas, mesas, camas y hasta un florero con rosas muy rojas, que ella pintó saliéndose un poco de los márgenes.

Todo estaba preparado para la acción pero faltaban los dragones, los caballos y otros animales que acompañarían a los personajes.

Con mucho cuidado para no despertar a su hermana, entro en la casa a coger los T.B.O.S viejos que guardaba en su escritorio. De ellos recortaría lo necesario para cada historia.

__Hoy tú no serás la princesa Margarita, porque ayer rompiste el vestido al tirarte del caballo, hoy  lo será Lucinda, le quitare el traje de doncella y le pondré el rojo con piedrecitas blancas….

___Subiremos en barco por el rio en busca de la sirena maga que sabe el hechizo para…

Así pasaba la tarde feliz en su rinconcito, hasta que después de la siesta los vecinos comenzaban a transitar por las escaleras y todo perdía su magia.

El tiempo pasó y fueron cambiando sus fantasías, sus amigas las recortables quedaron olvidadas en un altillo que nunca se usaba.

Sus padres murieron y nadie más habito esa casa, que al poco tiempo fue declarada en ruinas.

Una mañana le dijo una amiga:

--- La semana que viene tiran la casa de tus padres para hacer un edificio nuevo.

Se entero del día y hacia allí encamino sus pasos  con más nostalgia que tristeza, pues la vida va atenuando esta dejándola en jirones que aparecen cuando menos te lo esperas.

Cuando llego ya había empezado la demolición. De pronto entre el polvo y las piedras aparecieron volando trozos de papeles de colores  como mariposas sin alas, libres de nuevo para emprender aventuras y viajes desconocidos que los niños con su imaginación pondrían a sus pies.

Cogió un trozo de muñeca recortable del suelo y con ella rescato también el tiempo olvidado en aquel rinconcito de la escalera.

1 comentario:

  1. Relato entrañable con tintes autobiográficos. Es fácil imaginarse a esa niña jugando con su imaginación en el frescor del rellano de la escalera en una tórrida tarde del verano cartagenero.

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