CUENTO DE NAVIDAD (2024)
Había
una vez una casita que no era de chocolate ni tenía dentro una bruja que
asustaba a los niños, esta era una casita “mágica”, eso creían los pequeños de
ese pueblo pobre perdido entre las montañas.
La
llamaban mágica porque aparecía en un pilar de la plaza todos los años el
día de Nochebuena y al lado una gran
bolsa con mantecados, rollos, cordiales, turrones y todos los dulces que llenan
por esas fechas los escaparates de las confiterías donde pegan las naricillas
los niños mirándolos con deleite y deseando que llegue el día 24 de diciembre
para poder disfrutar de todas esas golosinas. Pero en ese pueblo no había
tiendas de dulces navideños ni nada que se le pareciese, solo estaba su
imaginación, sus recuerdos y el deseo de
volver a encontrar la casita con todos sus dulces, también ese año.
Nadie sabía
cuando apareció por primera vez, los más viejos del pueblo, pensando, pensando,
de lo único que se acordaban era de haber oído la historia a sus padres y ellos
a los suyos, en fin ¿Quién era el mago o la maga que hacia felices a los niños
del pueblo en Nochebuena?
Esa
noche los vecinos ponían mesas bajo los pórticos de la plaza y cada uno
aportaba lo que tenia, se vaciaban los sacos con los turrones y todo lo demás
pero la preciosa casita no se tocaba hasta que el más anciano cogía cualquier
dulce de ella y se lo llevaba a la boca, era el momento que todos esperaban,
esa era la señal y entonces los niños,
con la ilusión en los ojos, cogían lo que más les apetecía, uno el muñeco, otro
el arbolito, otro la chimenea, la puerta etc. Hasta la base era de una pasta
cremosa y suave que hacia las delicias de los más ancianos.
Desde
lo alto una figura sentada en una nube blanca como los sueños de un niño,
sonreía, ella era la que lo hacía posible. Mucho tiempo atrás siendo una niña
que vivía en ese pueblo, la Nochebuena
lloraba por no tener más que un mendrugo de pan para celebrar un día tan
hermoso, por eso todos los años hacia la magia de que apareciera la casita y
los dulces para que los niños pudieran seguir manteniendo la ilusión en esa
fecha maravillosa que es la NAVIDAD.
Autora de la casita de dulce: Herminia Márquez Pascual
Los buenos deseos, si son sinceros, se cumplen y disfrutan.
ResponderEliminarP.d.: hay que ir a Zaragoza a probar la casita!!!!