EL
NEGOCIO
Te
puedes hacer de oro, me dijo el amigo al que le propuse participar en el
negocio, se excusó diciendo que había invertido ya todo su capital, si lo
hubiera sabido antes…Pero me ayudaría suministrándo el material previo pago,
naturalmente.
Mi idea no progresaba, las facturas eran cada
vez más cuantiosas, él sí que se estaba haciendo de oro a mi costa, pues una
casita amueblada con todo detalle para grillos, en Suecia no fue una gran idea.
No me hice de oro, si no que tuve que vender hasta el diente que había pasado
de padres a hijos siendo un distintivo de familia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario