RELOJ
NO MARQUES LAS HORAS…..
De
pronto todo se hizo oscuro en su cabeza; ¿Serian verdad las palabras que
escuchaba de sus hijos, de sus amigos más queridos con los que había trabajado
codo a codo durante tantos años. Su mujer y él se habían dejado la juventud
levantando esa empresa , maldito el día en que le convencieron para que les
diera participación en el negocio. “Todo será como hasta ahora, solo que
tendrás más ayuda “. ¡Hipócritas! Ellos, incluyendo a sus hijos, habían llegado
cuando ya se auguraba un buen porvenir. ----“Retírate y descansa, ya no te
necesitamos aquí, te lo has ganado y después de lo de mama…”
¡Como
te atreves a hablar de ella! Cuando fueron tus locuras las que la llevaron a…
Un
“amigo” le paso el brazo por el hombro para sacarlo de allí. En la sala de
reuniones el aire estaba cargado de agresividad. ¿Por qué ? ¿ Contra quién? ¿Contra
él?
Tú has
sido un buen referente pero nos tenías a todos en un puño nos asfixiabas,
querías controlarlo todo y a todos. A través de la bruma que se había instalado
en su cerebro vio la cara de violeta su hija más querida. ¡Como se parecía a su
madre! No, esas palabras no podían salir de su boca todo estaba distorsionado
como en una pesadilla. Oía voces de ánimo, de reproche, algún que otro lamento
por una oportunidad de negocio perdida
Sintió
rabia y un cansancio infinito, no podía
moverse, con gran esfuerzo se separo del sillón y camino hacia la puerta. En la
calle una ligera llovizna cubría el suelo convirtiéndose en diminutos cristales
cuando las nubes dejaban algún claro y el sol se colaba entre ellas como un
intruso.
Entro
en el coche vencido, apoyo la cabeza en el volante, alzo la vista para ver por última
vez las luces de su despacho y arranco para partir hacia una nueva vida que no
quería. Encendió la radio y oyó aquel bolero que hablaba de relojes y de horas,
como en sueños empezó a tararearlo. ¿Quizás había llegado ya la suya? Si ella
estuviera aquí…
Los
recuerdos le hicieron sentiré joven, se imagino que la abrazaba bailando como
cuando lo oyeron por primera vez, la deseaba como entonces. Cerró un momento
los ojos y siguió bailando con ella por toda la eternidad.
Duro relato pero, por desgracia, muy real. Cuando la sociedad deje de arrinconcar a los mayores por no ser capaces de "producir" y pase a agradecerles su trabajo y experiencia, habremos conseguido un mundo mucho mejor.
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