UN
VIAJE SORPRENDENTE
Luisa
se había marchado a trabajar a Paris, soltera, libre y más joven que nosotras,
había sido valiente y ya vivía allí un
año.
Nos
comunicábamos por Eskay y los dientes de Carmen, Lucia y los míos propios
arañaban el suelo de envidia cuando nos contaba sus andanzas por la Ciudad del
Amor.
Carmen
y Lucia eran divorciadas, pero yo, soltera y sin haber probado” La gracia de
Dios” como decía mi madre, todo lo que contaba me parecían excesos.
Ese
verano decidimos visitarla. Nos instalamos en su casa. Era una buena
anfitriona. Por la tarde, cuando nos sentamos a tomar café, era como si
estuviéramos en una de nuestras reuniones semanales. Contentas y felices de
estar juntas.
Le
dejamos bien claro, que nada de monumentos ni museos, algún paseo por el Sena
todavía, pero nuestro propósito en este viaje era ver el Paris arrabalero, el
marginal los barrios del Paris “canalla”.
La
primera noche nos dijo que nos iba a sorprender con algo muy especial. Ella
había ido con unos amigos hacia poco y nunca se hubiera podido imaginar aquel
espectáculo.
La
entrada era pequeña y unos escalones empinados conducían hasta un sótano donde
había un salón, con una barra de bar en
un extremo. No había mucha luz. Al fondo sonaba un piano. Al ir acercándonos me
sorprendió que el pianista estuviera de pie de espaldas al público. Tenía muy
buena planta.
Nos
quedamos unos poco desilusionados, las canciones, aunque tocadas con gran
maestría, no eran nada del otro mundo. Además de vez en cuando se colaba en la
melodía una nota discordante. Al comentárselo a Luisa, nos dijo con una sonrisa
picara: Esperad que termine y se vuelva para saludar. Y eso hicimos, cada vez
mas intrigadas.
Sonó un
fuerte acorde final, un golpe y un grito. Luisa sorprendida dijo: si lo hace
todas las noches, ¿que habrá pasado?
Lo que
había pasado era sencillamente que había
bajado la tapa del piano, sin darse cuenta de que el “dedo” que daba la nota
discordante, en ese momento estaba tocando un do sostenido y…y no pudo
retirarlo a tiempo.
Lástima,
ya no podrá presumir del pene más grande de la ciudad aunque se pillara “ La
puntita “ nada más.
Divertido y simpático, me ha hecho sonreír
ResponderEliminarCarmen. Muy divertido y picantoso
ResponderEliminar