viernes, 27 de diciembre de 2024

AL COMPÁS

 

AL COMPÁS

 

 

Tic-tac, tic-tac, cloc cloc cloc…

Cada vez que oigo estos sonidos, me viene a la memoria, una casa de campo, medio día, siesta, calor, calor, calor.

El reloj era grande y estaba colgado de una pared del pasillo, se oía en toda la casa, o eso me parecía a mí, que, acostada con un T.B.O. y sin poder levantarme  por orden expresa de mi abuela, contaba el tiempo con ese sonido monótono y enervante, que cuando quieres leer o simplemente descansar, se muestra presente y no te deja más que unos segundos de libertad, para enseguida volver persistente, con su Tic-Tac Tic…

Recuerdo que no solo mi mente era su prisionera, mis piernas también se movían al compas, sin que yo pudiera hacer nada para detenerlas. Sopor, aburrimiento, tedio, cansancio de no poder salir de ese Mantra.

Pero al cabo de unos días, fue todavía peor. Mi habitación daba al patio y allí había un grifo, que no cerraba bien, entonces sí que la casa sonaba como una melodía desafinada. Tic-Tac. Cloc-Cloc… Aquello era desesperante, toda la familia dormía. ¿Es que a nadie le molestaban esos sonidos?

Solo a mí y al gato negro de mi abuela, que recostado en un rincón de la habitación sin poder dormir, con un ojo medio abierto, el otro medio cerrado y cara de pocos amigos parecía llevar el compas con el rabo.

 

 

 

 

RECUERDOS

 

RECUERDOS

 

 

Recuerdo las noches en la playa de Salobreña, cuando había luna. Las mujeres mayores del pueblo se bañaban con unas batas negras, mientras los niños chapoteábamos a su alrededor en esas aguas tan oscuras y bravas. ¡Si alguien nos hubiera visto desde arriba le hubiera parecido un aquelarre!

Recuerdo los sábados que venía mi tía de Murcia y siempre me traía cuentos de Mari Pepa  que llevaban muñecas recortables con sus vestiditos. En esos años empezó mi afición por la lectura.

 

Recuerdo las madrugadas del mar, sentada en una roca, con mi padre arreglando las cañas, con cuanto amor preparaba la mía, pues era feliz viendo la alegría que brillaba en mis ojos cuando algún pez de plata se enganchaba en ella.

 

Recuerdo cuando mi madre iba a por mí al colegio y a la salida me compraba  un  “Adoquín “de caramelo.

 

Recuerdo un día de la virgen del Pilar en que una amiga celebraba una fiesta y allí conocí al que iba a ser mi compañero y el culpable de muchos momentos de felicidad a lo largo de los 47 años que estuvimos juntos.

 

 

 

 

EL MAQUILLAJE

 

EL MAQUILLAJE

 

Como desde los noventa, pienso que cambiara. Si, ahora es otro, aun tiene su genio pero todos tenemos algún defecto. He sido una buena compañera, trabajadora y obediente. Entonces  no tenia donde ir, nadie de mi familia me ayudo con aquel hijo que  decían era del pecado, cuando era hijo del amor más profundo que pueda existir. Solo él me amparó y le estaré eternamente agradecida, he tenido que usar demasiado maquillaje estos años, pero no me importa, noto que está cambiando. Después de tanto tiempo algún cariño me tendrá. Entonces ¿Por qué me pongo a temblar cuando oigo la llave de la puerta?

jueves, 19 de diciembre de 2024

ESE OLOR

 

                                                ESE OLOR

Su vida era rutinaria. Había cumplido hacia años los 60. Tímido, introvertido, muchas mujeres le habían gustado pero nunca se había atrevido a dar el paso.

Un día por el filo de la puerta entro un sutil aroma de mujer y su corazón se abrió para no dejarlo escapar.

Desde entonces bajaba las escaleras parándose para oler en las puertas de los vecinos, por si era allí donde vivía la que se había apoderado de su alma. No podía dormir y su espíritu estaba inquieto. Era un martirio no poder encontrarla.

Una mañana el olor se hizo más fuerte y corrió hacia la puerta para conocer a la que en sueños ya había hecho su amante.

Casi se desmaya, al ver que esa mujer, ese olor que lo enardecía y le hacía vivir era solo el ambientador que en ese momento estaba echando la señora de la limpieza.

DOS AMIGOS

 

              DOS AMIGOS

En este relato los protagonistas son dos elementos representativos de dos países, sobre todo de dos ciudades, Londres y París. El protagonista de la primera es el Big-Ben, el reloj de la famosa torre de Londres y en París la vidriera frontal de la Catedral de Notre Dame. Imaginemos una conversación entre ellos.

¡Hola! Querido amigo, hoy me han llegado bastante nítidas tus campanadas. Cuando tenéis borrasca del oeste siempre pasa y me alegro que después de tantos siglos estés en perfecta forma y funcionando, iba a decir como un reloj, ¡Qué tontería!

Buenas horas, minutos y segundos tengas, preciosa vidriera, ¿De qué quieres hablar hoy? Si por mí fuera te podría contar miles de cosas que han ocurrido bajo mis agujas, por nombrarte alguna, los bombardeos de esos malditos alemanes, día tras día que movían hasta mis cimientos ¡Yo, que soy el objeto más importante de este país! Todos me miran, y no solo porque les doy la hora sino que lo hago según el meridiano de Greenwich.

No te pongas flores, querido amigo, porque a fin de cuentas, solo señalas el paso del tiempo que correría igual sin ti. En ello, no hay belleza. Para belleza la mía, cuando el sol penetra a través de mí formando un arco iris de colores en el altar mayor. Fue maravilloso el día en que nuestro emperador Napoleón, le quitó de las manos la corona al arzobispo y antes de ponérsela, incidieron los rayos sobre las gemas que tenia. Parecía que saliese fuego de ella. Porque yo, amigo, puedo ver por los dos lados. No soy como tú, que detrás solo tienes ruedas, tornillos y tuercas. ¡Qué cosas tan prosaicas!

¿Y qué me dices de lo que pasó antes de tu famoso emperador? Sois un pueblo de barbaros, mira que andar cortando cabezas con una cuchilla? Con lo desagradable y sanguinolento que es eso. Nosotros con la soga tuvimos bastante y algún que otro “chamuscado” es verdad, pero no llegamos a contagiarnos de vuestra afición por esos espectáculos. Los ingleses somos muy civilizados.

¿Civilizados?, si yo te contara las cosas que he visto y oído desde aquí, te ibas a enterar de quienes son los civilizados.

Perdona “monina”, pero tengo que dejarte, faltan pocos segundos para dar la última hora de este día. Si quieres en otro momento podemos seguir hablando de sucesos ocurridos en nuestras dos ciudades.

 

 

LA FOTO

 

EN UN LUGAR DE….

 

LA FOTO

 

Todo ocurrió en un instante. Había ido a recoger a mi nieto al colegio y estábamos esperando el autobús, cuando el corazón se me encogió de golpe. Me pareció ver…pero no, estaba segura, era él. Creo que también me reconoció y cuando nuestros ojos se encontraron fue como un retroceso en el tiempo. Cuantos recuerdos vinieron en ese momento a mi mente.

Llego el autobús y mi nieto hablaba y hablaba como siempre, contándome las cosas del cole, pero yo no lo escuchaba. Estaba en ese mismo espacio pero en otro lugar del tiempo. Lejos, muy lejos quedaban en mi memoria esas imágenes de dos jóvenes adolescentes corriendo entre risas para coger el autobús que los llevaba al instituto.

No podía ser él. Aparentaba un hombre derrotado por la vida, no era el joven de mi recuerdo que quería conquistar el mundo para ponerlo a mis pies.

Cuando llegue a casa busque en un lugar del armario en el que tengo una caja con los trozos de vida que vamos conservando en forma de fotos y allí estaban, un poco amarillentas por el tiempo, la fiesta de fin de curso, la excursión al monte…y nosotros siempre juntos cogidos de la mano.

Ese si era el joven de mis recuerdos, guapo, moreno, de ojos muy negros y mirada dulce que con una sonrisa te paraba el corazón. No podía ser la persona que yo vi en el autobús. ¿Tan mal le había tratado la vida?

Recuerdo que cuando se fue a trabajar a Alemania, en los años 60 del pasado siglo nosotros éramos los emigrantes, nos despedimos entre sollozos y besos jurándonos amor eterno, sin saber que la vida juega despiadadamente con los sentimientos.

¿Por qué dejaste de escribirme?

Ibas a venir a formalizar las relaciones, casarnos e irnos juntos a buscar yo allí también trabajo.

¿Qué pasó? Nunca lo sabré.

La vida siguió su curso y un día otra ilusión más fuerte, más duradera entro en mí y el recuerdo de aquellos años se fue difuminando convirtiéndose en fotos borrosas hasta terminar por desaparecer.

¿Pero, desaparecieron de verdad? Creo que no. Siempre quedo el rescoldo, la duda de cómo hubiera sido mi vida con él en otro país.

He tenido un matrimonio feliz. Aposté por él y no me equivoque. Colmó todas mis esperanzas e ilusiones y muchas más. He vivido unos años de ensueño. Tuve hijos  que me han dado nietos. He sido muy feliz.

Esa noche en la soledad de mi cama que ya me queda ancha, pensaba en todo esto. En el amor de la juventud, en el otro que fue el amor de mi vida y creo que lo único que quería era volver a ser joven, no recuperar el amor de los 15 años. Vivir otra vida en otro lugar, nuevas aventuras, ilusiones nuevas. Pero ya no tengo tiempo. Miro la foto de la mesilla que como siempre me sonríe y pienso que no había otra vida mejor que la que he vivido con sus luces y sus sombras y me dormí feliz.

Pero al día siguiente cambiamos la parada del autobús.

 

 

 

 

 

martes, 17 de diciembre de 2024

EL NEGOCIO

 

EL NEGOCIO

 

 

Te puedes hacer de oro, me dijo el amigo al que le propuse participar en el negocio, se excusó diciendo que había invertido ya todo su capital, si lo hubiera sabido antes…Pero me ayudaría suministrándo el material previo pago, naturalmente.

 Mi idea no progresaba, las facturas eran cada vez más cuantiosas, él sí que se estaba haciendo de oro a mi costa, pues una casita amueblada con todo detalle para grillos, en Suecia no fue una gran idea. No me hice de oro, si no que tuve que vender hasta el diente que había pasado de padres a hijos siendo un distintivo de familia.

lunes, 9 de diciembre de 2024

UN TRABAJO INCOMPRENDIDO

 

UN TRABAJO INCOMPRENDIDO

 

Ser útil me hace feliz y a eso contribuye mi trabajo, el que han desarrollado las mujeres de mi familia desde hace siglos. En mi pueblo perdido entre las montañas y en los de alrededor era comentada nuestra entrega, cuando nos avisan vamos sin importarnos el frio o la hora, somos felices ayudando.

Lo que no me gusta de este trabajo, es la cara de susto del enfermo cuando entramos en la habitación y tampoco el nombre que nos dan: “Las acabadoras”, pues igual que se necesita alguien que nos ayude a nacer, nosotras ayudamos a morir, deberíamos llamarnos “Las parteras de la muerte.”

miércoles, 4 de diciembre de 2024

LA ALEGRÍA DE VIAJAR, A VECES.

 

LA ALEGRÍA DE VIAJAR, A VECES.

 

Mi estado de ánimo esos días se podía resumir en tres palabras: Contenta, alegría y viajar. Mi amiga alemana que vino el año pasado a casa me había invitado a pasar una semana en los Alpes.

Sin tener idea del idioma, pues cuando ella vino solo se hablaba español y sin pensarlo dos veces empecé con la maleta, los billetes y demás trámites para pasar según pensaba una semana inolvidable.

El vuelo salía muy caro, me decidí por el autobús que pasaba cerca de su ciudad y ella iría a recogerme.

Mi aventura empezó de maravilla pero al llegar a Alemania los mensajes del autobús, en distintos idiomas, decían que íbamos atrasados y que dejaríamos la autopista para atajar por carreteras secundarias. Estaba oscureciendo, a lo lejos vimos un mesón en la soledad de un paramo con sus luces rojas y amarillas encendidas. Solo verlo me dio” repelús “me recordaba el de psicosis, pero aquí íbamos un autobús lleno, solo seria tomar algo, ir al baño y volver a marchar. ¡Qué ilusa! No podía sospechar la odisea que me esperaba.

Para ir más rápida deje todo en el autobús, me llevé un poco de dinero pues no tenía mucha hambre. El bocadillo estuvo bien, tardaron en prepararlo por no entender lo que quería. Al ver mi torpeza con el idioma vino a auxiliarme una malagueña que vivía en Berlín, le di las gracias y fui al baño donde me entretuve un poco más de lo debido, quería tener una buena imagen cuando mi amiga me viera y ese fue el gran error.

Al salir vi desaparecer el autobús por la curva, no habían notado mi ausencia, era ya noche cerrada, corrí con todas mis fuerzas pero caí rendida y deshecha en llanto con un frio y un miedo imposibles de describir, en el autobús lo había dejado todo, documentación, tarjetas, teléfono, ropa de abrigo, mi desolación era total.

Volví al mesón y me extrañó verlo apagado, oí el motor de un coche en la parte trasera y al llegar solo vi unas luces rojas que desaparecían en la oscuridad.

Había en el piso una ventana iluminada, grité pero no contesto nadie, era ya noche cerrada, no veía ni la punta de mis zapatos, me senté llorando junto a la puerta con el frio y el relente calándome los huesos esperando que apareciera algún coche. Parecía el rodaje de una película de terror en la que yo era la protagonista, seguro que habría ganado un Oscar pues estaba realmente aterrorizada.

Pasaron las horas y yo seguía con los ojos abiertos como platos intentando ver de dónde venían esos ruidos que produce la noche. Mi imaginación había llegado a tal nivel de horror pensando que de un momento a otro saldría alguna figura monstruosa de la oscuridad  para atacarme, a todo esto se sumaba  la luz del piso del que salía un sonido gutural, casi diabólico, ¿Seria real, o solo el miedo que invadía todos mis sentidos?

Ya era bien entrado el día, cuando vi llegar un coche, no sabía si alegrarme, ¿Seria mi salvación o el final de todo?

Pero fue mi salvación, la chica malagueña se dio cuenta de mi desaparición  bastantes Km después, avisó al chofer  que paró en la primera ciudad y ella cogió mis cosas para ir a buscarme, no habían parado desde el mesón , allí estaría. El llanto y el abrazo fue también de película, entonces oí ladrar un perro en la habitación iluminada que esa noche mi miedo había transformado en un monstruo.

Carmen, mi amiga malagueña desde entonces, me acompaño al aeropuerto pues lo único que quería era volver a España cuanto antes y olvidar todo el terror acumulado.

Las tres palabras del principio se convirtieron en frio, miedo y desolación.

Volveré a viajar, pero cuando la tragedia se convierta en comedia y pueda contarla entre risas a mis amigos.

Ah, el taxi en el que vino Carmen a recogerme lo pago la empresa del autobús por no denunciarla al dejar abandonado a un pasajero.

 

 

 

martes, 3 de diciembre de 2024

UNA BUENA INVERSIÓN

 

UNA BUENA INVERSIÓN

 

El prohibitivo tratamiento de mi nieto me producía noches de insomnio, sufría viéndolo tan triste, contando los pelos que se le caían al peinarse, definitivamente se estaba quedando calvo, pero yo no creía que fuese motivo para dejar el trabajo, la novia y los amigos.

Viendo negro el horizonte, busqué una clínica que hacia injertos a un precio más que razonable. Todo iba bien hasta que aquello empezó a crecer y no había lana más pura y virgen que su melena.  Empezaron a llegarle ofertas de marcas televisivas y se hizo más famoso que aquel del vellocino de oro. Lo malo fue que solo decía “Beee”.

domingo, 1 de diciembre de 2024

 

CUENTO DE NAVIDAD (2024)

Había una vez una casita que no era de chocolate ni tenía dentro una bruja que asustaba a los niños, esta era una casita “mágica”, eso creían los pequeños de ese pueblo pobre perdido entre las montañas.

La llamaban mágica porque aparecía en un pilar de la plaza todos los años el día  de Nochebuena y al lado una gran bolsa con mantecados, rollos, cordiales, turrones y todos los dulces que llenan por esas fechas los escaparates de las confiterías donde pegan las naricillas los niños mirándolos con deleite y deseando que llegue el día 24 de diciembre para poder disfrutar de todas esas golosinas. Pero en ese pueblo no había tiendas de dulces navideños ni nada que se le pareciese, solo estaba su imaginación, sus recuerdos  y el deseo de volver a encontrar la casita con todos sus dulces, también ese año.

Nadie sabía cuando apareció por primera vez, los más viejos del pueblo, pensando, pensando, de lo único que se acordaban era de haber oído la historia a sus padres y ellos a los suyos, en fin ¿Quién era el mago o la maga que hacia felices a los niños del pueblo en Nochebuena?

Esa noche los vecinos ponían mesas bajo los pórticos de la plaza y cada uno aportaba lo que tenia, se vaciaban los sacos con los turrones y todo lo demás pero la preciosa casita no se tocaba hasta que el más anciano cogía cualquier dulce de ella y se lo llevaba a la boca, era el momento que todos esperaban, esa era la señal y entonces  los niños, con la ilusión en los ojos, cogían lo que más les apetecía, uno el muñeco, otro el arbolito, otro la chimenea, la puerta etc. Hasta la base era de una pasta cremosa y suave que hacia las delicias de los más ancianos.

Desde lo alto una figura sentada en una nube blanca como los sueños de un niño, sonreía, ella era la que lo hacía posible. Mucho tiempo atrás siendo una niña que vivía en ese pueblo,  la Nochebuena lloraba por no tener más que un mendrugo de pan para celebrar un día tan hermoso, por eso todos los años hacia la magia de que apareciera la casita y los dulces para que los niños pudieran seguir manteniendo la ilusión en esa fecha maravillosa que es la NAVIDAD.


 
Autora de la casita de dulce
: Herminia Márquez Pascual

 

jueves, 21 de noviembre de 2024

EL PATITO FEO ( Reescrito bajo el prisma de la época actual)

 

EL PATITO FEO      (Reescrito bajo el prisma de la época actual)

 

La mamá pata estaba preocupada, algo no iba bien en su última puesta, fueron solo tres huevos, se iba haciendo mayor, uno de ellos no se parecía a los otros dos, era más grande y con unas sospechosas pintas grises, pero tenía que ser suyo, no se había separado nunca de ellos, solo una vez que fue a arreglarse las plumas dejando a su pareja incubándolos pero ya se sabe que los machos no son tan cuidadosos, se despistan con cualquier cosa. El pato juraba y perjuraba que no se había movido de allí. Aquello era un misterio.

Llegó el día de la eclosión la pareja estaba expectante, al romper el más grande el cascaron vieron confirmados sus temores. Era un patito raro, tenía el cuello más largo de lo normal, se caía con frecuencia era torpe y desgarbado.

El estanque en el que convivían distintas clases de aves enseguida fue hazmerreir del grupo. En el colegio no lo dejaban jugar con los otros patitos  y se volvió triste y solitario. Sus padres viéndolo tan hundido decidieron llevarlo al sicólogo. Eso lo aisló aun más, se sentía despreciado por ser diferente. Pero con el tiempo empezó a brillar en él  una belleza y una elegancia que admiraron los que antes lo rechazaban, su largo cuello dejo de ser motivo de risa y su forma de deslizarse por el agua llamaba la atención de los humanos que se acercaban a aquel estanque.

¿De dónde salió aquel huevo? Se preguntaba la señora pata, agarro a su pareja por la cola hasta que le confesó la verdad.-- Ocurrió el día que te fuiste a arreglar las plumas, sin darme cuenta rompí uno de los huevos,  estaba desesperado por la bronca que me ibas a pegar,  entonces vi uno cerca que parecía abandonado y pensé: no lo va a notar, lo incubaré como si fuera nuestro y lo querré como a los otros, y has de saber señora pata  que me siento muy orgulloso de haber incubado un bello cisne. Se frotaron los picos y .. Colorín colorado este cuento se ha acabado.

 

martes, 19 de noviembre de 2024

REALISMO TOTAL

 

REALISMO TOTAL

 

Unas decimillas de fiebre al entrar en el camerino no la inquietaron, ayudarían a dar credibilidad al personaje que enfermaba y al final de la obra moría. La fiebre iba subiendo y la emoción que transmitía era tan real que el director pensó  cerrar el telón y llamar al médico, pero estaba siendo una actuación tan perfecta que no se atrevió.

Al día siguiente un cartel anunciaba la suspensión de la función por fallecimiento de la primera actriz.

Al volver las representaciones, la sustituta feliz pensaba “No le debió sentar bien el té que le di antes de la función, además era ya muy mayor”.

martes, 12 de noviembre de 2024

UN EJÉRCITO CELESTIAL

 

UN EJÉRCITO CELESTIAL

 

Un eco lejano de clarines y trompetas me despertó a media noche, no le di importancia pero al repetirse empecé a pensar: ¿será un aviso de que me queda poco tiempo y debo cambiar? Nunca he sido una persona amable, empática, comprensiva.

Decidí que tenía que darle un giro a mi vida y desde entonces soy otro.

No se lo había contado a nadie por miedo a que me tildaran de loco pero esa mañana tuve que sincerarme con mi mujer, pues ya notaba el cambio y algo sospechaba. Mi decepción fue terrible cuando dijo: deberías ir al otorrino, eso también le pasaba a mi madre.

 

jueves, 7 de noviembre de 2024

SOLIDARIDAD

 

SOLIDARIDAD

 

Ya está aquí, lo conozco, lo distingo entre todos los demás ruidos que surgen de la calle. Ha llegado el camión y como todas las noches sale del almacén con su pequeño vehículo para transportar los pales llenos y volver con los vacios.

El “Traca-traca” de sus ruedas sobre el asfalto es inconfundible y cambia el sonido al pasar a otra textura de suelo en la puerta del establecimiento.

Casi siempre va marcha atrás, delante tiene la montaña enorme de cajas con productos que tendrá que depositar dentro, pero no se equivoca, parece que hubieran pintado en el suelo las líneas por donde circula. El conductor es joven, lo maneja bien, con calma, son muchos Kg los que lleva de una vez y podría ocurrir un accidente ¿Qué pensara de ese trabajo tan monótono que se sabe de memoria? Son las 11 de la noche, tendrá ganas de terminar, ir a su casa, descansar, los niños, si los tiene, estarán ya dormidos, solo el beso de buenas noches, la mujer cariñosa, la cena caliente, pienso que será feliz.

Dentro del camión hay otra persona que le prepara los palés, algunas veces baja y hacen una pausa para hablar y por su actitud, no solo de la carga.

La otra noche oí un sonido distinto, un golpe brutal y gritos que me hicieron asomarme a la ventana aun abierta, pues el invierno tarda en llegar, y los vi echándose las manos a la cabeza, se le había caído todo un palé de cestas vacías de fruta, algunas cayeron sobre un coche que pasaba en ese momento pero la mayoría se estrellaron sobre el asfalto del único carril libre, los dos empleados se afanaban en recogerlas para dejar pasar los coches, que ya hacían cola.

Yo pensé, los cláxones sonaran con rabia como si hubiera fuego y pasar fuera cuestión de vida o muerte.

Pero ocurrió un milagro, el hombre que iba en el primer coche bajo para ayudar dejando su puerta abierta como una señal para los de detrás y en un momento 6 o 7 personas estaban ayudando, sin ruidos desagradables, sin pitos ni palabras malsonantes.

Me emocioné pensando que aun tenemos salvación si pensamos un poco en el otro y no solo en nosotros.

En un momento el carril quedó libre, todos se daban las manos con gestos  que interpreté como: No tiene importancia, le puede pasar a cualquiera etc.…

Volvieron a sus coches y siguieron su ruta dejándome la satisfacción de haber contemplado un hecho cada vez menos frecuente.

 

 

martes, 5 de noviembre de 2024

LAS REDES SOCIALES

 

LAS REDES SOCIALES

 

La larga cola de Novicias que se estaba formando en las afueras del convento era una satisfacción para las seis monjitas que quedaban en él. Ya podrían descansar, llegaban jóvenes con devoción y ganas de profesar, pues antes del primer rezo ya había cola. Daban gracias por ello, en un mundo tan contaminado  por las redes sociales.

Y en verdad ellas fueron las culpables, pues alguien escribió que las 100 primeras personas que pasaran por el convento tendrían gratis las entradas para ver al conjunto musical que hacía furor entre la juventud, no lo pensaron mucho pues para ahorrarse 500 euros bien valía un madrugón.

sábado, 26 de octubre de 2024

EL GRITO DESGARRADOR

 

UN GRITO DESGARRADOR

Un grito desgarrador rompió el silencio de la tarde. Los vecinos salieron a sus puertas asustados pues en los años 50 del pasado siglo eran frecuentes los registros sin avisar.

El grito había salido del número 22. Las vecinas murmuraban: Tiene que haberla matado, se veía venir, ¡pobre mujer!, yo ya sabía que iba a pasar

Cuando se abrió la puerta y salió el marido todos se agolparon para ver el cadáver.  En ese instante sonó otro grito y el que estaba más cerca dijo: No ha sido nada, era la novela de la radio.

LA RADIO

 

 

LA RADIO

Se acercaba la hora. Como todas las tardes había expectación en esa cocina de la España triste de los años 40. No era muy grande pero todas las cosas importantes de la casa sucedían en ella. No os imaginéis una cocina luminosa como las de ahora. Ésta tenía un poyo con dos hornillas de carbón. Ponerla en marcha era todo un ritual. Primero se metía el carbón en el hueco, después papeles y, por último, teas, que eran unos palitos finos de madera que ardían muy bien. Se encendía con una cerilla y después con un abanico de esparto, mangual se llamaba pero mi abuela andaluza le decía “Zoplillo”, se abanicaba la boca que tenía abierta paralela al suelo. El humo salía por una chimenea de piedra en forma de campana y una vez conseguido el fuego, ése era el mejor lugar de la casa. Se estaba caliente, estaba limpio y, dentro de su pobreza, era acogedor.

Recuerdo que había dos tinajas grandes con agua que tenían una piedra amarilla en el fondo, luego supe que era azufre para que no le salieran gusarapos pues era el agua de beber. A mí me daba “repelús” y no quería pensar en esos bichos. Las tinajas se llenaban con el agua que traían los aguadores en carros tirados por caballos pues, aunque era una ciudad costera y plaza fuerte militar, aun no había llegado a ella el agua corriente.

Para los demás servicios sí salía agua de los grifos. Se llamaba “agua inglesa” porque una empresa de esa nacionalidad la comercializaba y había puesto un gran depósito en una de las colinas que rodean la ciudad que, desde entonces, se llamó “Cantarranas”, os podéis imaginar por qué. Ese agua era salobre y abundaba en el subsuelo de la zona.

Pero volvamos a esa cocina. Lo más importante que había en ella era una radio de galena  que mi padre trajo un día y fue la alegría más grande que tuvimos en mucho tiempo.

Mientras comíamos y también durante la cena se oía ”el Parte”. Así se llamaba el noticiario de entonces. Lo escuchábamos con un silencio reverencial, yo creo que más que en Misa. La mitad de las noticias no las entendía pero por la cara que ponían los mayores me imaginaba si eran buenas o malas.

Para mi madre, siempre en la cocina, era su fiel compañera. La música de los boleros, las canciones españolas casi siempre lacrimógenas, de amores, traiciones y engaños, los pasodobles alegres,…, todas ellas conocidas mis hijos porque mi madre me las cantaba a mí y yo a ellos.

Estaba la radio en una leja no muy alta para poder llegar a los mandos y cambiar de emisora aunque todas parecían la misma.

Los domingos por la tarde venían unos amigos de mi padre para oír el resumen de los partidos de futbol y saber el resultado de las quinielas. Así se ahorraban de ir al bar que había en una plaza donde, al lado de la puerta, colgaban una pizarra y un camarero subido a una escalera iba poniendo con tiza el tanteo de los equipos que jugaban ese domingo. Todos suspiraban por los 14

He empezado diciendo que se acercaba la hora. A  las seis en punto de la tarde, de lunes a viernes, se reunían en la cocina mi madre, mi abuela y algunas vecinas para oír el serial radiofónico de turno. Algunas de ellas, con solo oír la música de cabecera del programa, ya tenían que sacar el pañuelo, grande como una sabana, pensando en la desgracia que ese día les esperaría a los personajes.

Ahora, al recordarlo, me parece enternecedor que mujeres maduras que habían soportado una guerra y estaban en lo peor de la postguerra se dejaran arrastrar por unas desgracias que, seguramente, serían mucho más leves que las suyas, consolándose al pensar que esos personajes tan importantes también tenían que soportar lo malo que la vida les mandara.

Recuerdo sus caras de niñas grandes ilusionándose al oír un “te quiero” o un “hijo mío” que ellas habrían pronunciado tantas veces. Los suspiros se escapaban de los labios de algunas al escuchar cómo traicionaban un amor, situación que algunas habrían sufrido.

Colgaba del techo una bombilla con poca luz que pendía de un cable sucio por los humos. Casi todas iban de negro con su delantal a cuadritos. Parecían mujeres derrotadas por la vida pero, cuando la protagonista era una aristócrata o una importante triunfadora, todas se veían en ese espejo y eran felices por unos momentos.

Ésa es la magia de la radio. Solo te da sonidos pero con la imaginación te puede llevar a personajes, emociones, sentimientos o lugares donde siempre has querido estar.

Bendita la radio que con esos programas hacía más llevadera la tristeza, la oscuridad y el silencio de aquellos años.

miércoles, 23 de octubre de 2024

LA ULTIMA POSE

 

MI ÚLTIMA POSE

Esas ramas han crecido con tu savia, me dijo el pintor del que he sido modelo muchos años. Después del accidente no quería que pintara mi rostro, no me importa, dijo, tienes mucho que transmitir, te voy a pintar de espaldas.

Durante las sesiones no paraba de preguntarme por mi vida, mis recuerdos, las personas que se habían cruzado en mi camino, como me sentía en esos momentos, si guardaba imágenes positivas de ellos.

Es agradable hablar cuando tienes que estar inmóvil largo tiempo. Lo que empezó como una conversación intrascendente fue subiendo de carga emocional y terminé abriéndole mi alma, hasta las cosas más escondidas salieron en aquellas sesiones, fue para mí una verdadera catarsis, allí se hicieron presentes dolores escondidos a los que no quería volver pero que no conseguía olvidar, alegrías que duraban poco, como esas ramitas cortas y débiles que cualquier viento arrastra, amores intensos llenos de fuerza y sangre, desilusiones que dolían en las vísceras, una rama larga salía de ellas y se ramificaba en otras pequeñas para que no se llevara el desengaño toda la savia.

En esos momentos quería renacer, seguir, la vida es hermosa aunque recibas el blanco y lo negro de ella.

El pelo hacia delante deja la espalda como un mapa en blanco donde he podido escribir tu vida, me dijo y esa mano que asoma temerosa va buscando buenos recuerdos para poder seguir creando, imaginando, viviendo, que nada nos aplaste, que nada nos frene, siempre habrá ramas nuevas a las que aferrarse.

 

 

 

martes, 22 de octubre de 2024

LA MANO

 

LA MANO

 

Las obras del convento no progresaban, el techo que cayó sobre las monjitas mientras hacían dulces, estaba sin terminar y todo por una tontería: una mano salía por una rendija y saludaba a los obreros al marcharse, dijeron que sería la de algún Santo que les daba su bendición cada noche, por eso ralentizaban las obras.

Las monjitas viendo que no podrían terminar los dulces para Navidad, les prometieron participar de las ganancias, a partir de entonces las obras siguieron a buen ritmo y la mano siguió saludando con el anillo del capataz, como siempre. 

miércoles, 16 de octubre de 2024

EL CHICO DEL CIGARRILLO

 

EL CHICO DEL CIGARRILLO

 El pueblo estaba en fiestas y nosotros enamorados. En la plaza iluminada con abundantes bombillas, tocaba una pequeña orquesta y luchaba por hacerse oír un cantante ya entrado en años. Esa plaza siempre estaba a oscuras y era refugio de gatos y maleantes, palabra muy usada entonces,  reflejo de la oscuridad que reinaba en la España de principios de los años 60 del pasado siglo.

El baile nos enardeció y como las manifestaciones de cariño en público estaban prohibidas nos fuimos al callejón para que nadie vigilara nuestros besos, solo la luna seria nuestro cómplice.

Pasó el fotógrafo al que le pedimos que nos hiciera una foto, yo fumando y demostrando quién mandaba con ese brazo por encima de su hombro y ella rendida la cabeza sobre el mío. Yo serio , ella alegre. Faltaba una semana para irme a Alemania  a trabajar, en el fondo yo no quería, me gustaba el campo y la idea de una gran fabrica no era mi sueño, pero Lucia quería salir de la oscuridad del pueblo.

Al principio las cartas eran apasionadas, de amantes frustrados, lo que no habíamos sido capaces de decir por vergüenza, allí estaba escrito en ese papel que tanto trasmitía.

Pero nada es para siempre, de esas cartas fueron desapareciendo los amantes y  saliendo los amigos que siempre habíamos sido, espaciándose hasta desaparecer, hace ya tantos años que no recuerdo quien corto con quien, qué carta fue la que no llego nunca.

Hice mi vida en este país que nunca considere el mío, la rutina como escusa me impidió volver. Me casé tuve hijos y desilusiones.

Ahora soy mayor y estoy solo con esta foto en la mano viendo la pared desconchada y sucia como una premonición de lo que iban a ser nuestras vidas.

Hace muchos años que guarde en el fondo de mi memoria estos recuerdos que tanto me duelen, por eso es mejor no arreglar los cajones mucho tiempo olvidados, si queremos mantener encerrado el  pasado.

 

martes, 15 de octubre de 2024

SALIR DE CAZA

 

SALIR DE CAZA

 

A la muerta hoy también le ha arrancado la cabeza, lo ha hecho con rabia a la vez que murmuraba: ¿Por qué te has tenido que morir? ¿No os cuido bien? No comer en una semana tampoco es para morirse, tu compañera resiste, tendré que salir a buscar otra igual, me acercare despacio y le hablaré para que tome confianza, le llevare cosas que os gustan y aparentare ser una buena persona.

Cuando localice el sitio donde os ponéis a esperar tomando el sol y alguna no huya de mí la atrapare con la red.

Mañana iré de caza, es triste tener un terrario con una sola lagartija.

jueves, 10 de octubre de 2024

LAS MUÑECAS DE TRAPO

 

LAS MUÑECAS DE TRAPO

 

Aún juega, sin avergonzarse, con nosotras, sus muñecas.

Eso es lo que estáis pensando estúpidas muñecas de trapo con ojos de botones y pelo de lana amarilla, pero jugando con vosotras los hombres de blanco que vigilan este lugar no se dan cuenta de lo que pasa, os peino, os visto y hasta os pinto los labios de rojo ¡estáis horrorosas! Pero sois la avanzadilla del ejército de muñecas hechas con retales y rellenas de paja que conquistara el mundo, así pasareis inadvertidas, absorberéis con vuestra fealdad todo lo malo que el hombre ha ido sembrando sobre la tierra, os convertiréis en seres de luz  y mi misión se habrá cumplido.

martes, 1 de octubre de 2024

HORAS, MINUTOS, SEGUNDOS

 

HORAS, MINUTOS, SEGUNDOS.

 

El tiempo había sido siempre su problema, más bien su falta para poder llevar a cabo lo que en su imaginación pensaba como aficiones interesantes, pero el trabajo y la familia lo ocupaban todo.

Era feliz aunque le faltaba algo que fuera solo suyo y empezó a escribir, encontraba un gran placer en ello y no le quitaba mucho tiempo.

En sus historias siempre había un reflejo de ella, de sus inquietudes, de sus deseos, de lo que haría cuando” tuviera más tiempo”. Escribía relatos de lo más variado hasta se atrevió con alguna escena de teatro, otra de sus grandes aficiones para”cuando tuviera tiempo”. Y así era feliz con la familia y compartiendo con sus personajes otra parte de la vida.

Pasaron los años, los hijos crecieron y se fueron de casa, quedó sola con su compañero y llegó la jubilación, podía empezar con algunas cosas siempre pospuestas, el yoga le gustaba, ejercicio y relajación. Por supuesto siguió con sus relatos.

Parecía que esa felicidad no iba a terminar nunca pero su marido murió y ella con él, después de tanto luchar, esperando, siempre esperando había perdido lo que más quería, su amante, su amigo, su compañero, su confidente, pues todo eso y mucho más era su marido para ella. Dejó de escribir, solo hacía un diario que llamaba “de mi soledad”, pero con eso hundía más el cuchillo en la herida.

Ahora que le sobraba tiempo no sabía ni quería utilizarlo, sus fantasías de juventud eran un pobre sucedáneo de lo que había perdido, ¿Se puede reciclar una persona a partir de los sesenta años? Llevas encima una mochila de recuerdos que te aplastan. Se fue haciendo a la idea de bajar el último tramo sola y así empezó a ir a conferencias en la Universidad de mayores. De eso hace ya muchos años, poco a poco fue retomando actividades y empezando otras, la vida le había dado otra oportunidad. Lo que nos lleva hacia atrás son los recuerdos, no hay que olvidarlos pero no anclarse en ellos, hacia delante nos llevan los sueños y estos no hay que perderlos nunca.

jueves, 26 de septiembre de 2024

LOS SONIDOS DE LA VIDA

 

LOS SONIDOS DE LA VIDA

 

Estaban sonando las campanadas en el reloj de la catedral, llegaba tarde a la cita, había tardado demasiado en arreglarme, también influyó en la demora la música que estaba oyendo, Serrat es siempre una buena idea, yo la tatareaba a la vez y no me di cuenta de la botellita de perfume que con ese “clic” característico del cristal se estrello contra el suelo, llenando la habitación de un delicioso perfume.

Acababa de poner el pie en la calle cuando a mis espaldas oí la voz enlatada de siempre “Cierra la puerta al salir, gracias”, sonreí pensando que esa puerta siempre se cierra sola.

El ruido de la ciudad era ensordecedor a esa hora, coches, sirenas, obras que parecen no tener fin, pero allí fluía la vida y sus sonidos.

No había acertado con los zapatos, el tacón era muy fino y el sonido que hacía sobre el asfalto era acompasado como un reloj de pared y en mi andar rápido las pulseras le hacían de coro.

Crucé la calle y de mi bolso salió el aviso característico de un whatsApp , dos, tres, no eran importantes, silencié el teléfono, ya llegaba demasiado tarde.

En un semáforo un perro se acercó a oler mi pierna y por lo visto no le gustó pues empezó a ladrar de forma agresiva por mucho que el dueño le gritara que se callara y tirara de la correa, un niño que iba en silleta se asustó y empezó a llorar, como solo saben hacerlo los niños de “silleta”, el semáforo parecía que tardaba más que nunca en cambiar.

Por fin llegue a la plaza donde tenía mi cita, en el suelo de losas grandes de piedra mis tacones hacían un sonido distinto, yo era la misma y ellos también pero el pavimento le daba un sonido mucho más profundo, mi amiga al verme arrastro la silla para levantarse produciendo otro sonido distinto en la misma piedra. El abrazo fue sincero, hacía tiempo que no nos veíamos y nuestras voces se unieron a las de las personas que había alrededor, obligándonos a subir el tono para poder oírnos.

Llegó el camarero y pedimos la consumición que al traerla deparó nuevos sonidos, la del líquido contra el vaso fue fresco, burbujeante muy diferente del de la cucharilla rozando la taza de café que yo había pedido.

Pensé en los sonidos que se habían colado en mi cerebro en ese poco tiempo y los que por cotidianos se me habrían escapado, no podemos asimilar todo lo que oímos y entonces me di cuenta del ruido que hacemos al vivir.

 

 

 

martes, 24 de septiembre de 2024

LA VIEJA QUE TEJE LOS SUEÑOS

 

LA VIEJA QUE TEJE LOS SUEÑOS

 

Solo puedo encogerme de hombros y esperar a que oscurezca, ya pasarán esas miradas irónicas, esos cuchicheos señalándome con los ojos: “Ahí está la vieja que fabrica los sueños, con esa pinta seguro que también las pesadillas.”

Con el tiempo me han cogido cariño, algunos se sientan a mi lado a veces con recelo y entonces les cuento que cuando anochece la plaza se llena de genios, hadas, brujos, ángeles, demonios etc. y los mando a las mentes de los que duermen, unos podrán entrar y otros no, así su sueño será apacible del que no querrán despertar  o la horrible pesadilla que les acompañara en las horas de vigilia.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

A LA SOMBRA DEL HÉROE

 

A LA SOMBRA DEL HÉROE       (Este relato ha participado en el concurso de Cartagineses y Romanos año 2024)

 

 

He mandado que me suban a cubierta y reposo sobre mi capa que tiene olor de mil batallas, desde aquí veo el mar, ese mar de mi infancia en Cartago y el mismo cielo de un azul infinito, no distingo bien el uno del otro, será por la fiebre que me producen las heridas de la última batalla. Di orden de zarpar rápidamente desde Italia, quiero  ver pronto las costas de mi querida Cartago, si tengo que morir allí descansaré tranquilo rodeado de los míos y si no llego, que me arrojen a este mar que tantas veces he atravesado con honores de victoria o con tristezas de derrota, aquí mi espíritu navegará recorriendo las costas, las islas, mi vida y mi historia.

Soy Magón Barca, hijo de Amílcar y hermano pequeño del Gran Aníbal de quien fui su mano derecha, siempre lo he amado y respetado y aunque mis logros en Hispania fueron muchos,  se que la historia se olvidará de mí eclipsado por el nombre de Aníbal que seguirá pronunciándose a través de los siglos. Pero estoy orgulloso de haber sido un líder capaz de la caballería como lo demuestran las emboscadas a los romanos en Hispania e Italia.

Mi nombre significa grande o mago, alguien que sabe sacar provecho de lo más difícil y difícil era reclutar tropas prometiendo, sin haberlo conseguido aún, el oro del Sil o la plata de Qart Hadast. He sido un gran negociador, alagaba y colmaba de regalos a los jefes de las tribus hispanas y así conseguir hombres para el ejército de Cartago.

Estamos pasando cerca de una isla, no la reconozco pero recuerdo todas y cada una de ellas, he navegado hasta el mar que hay más allá de Gades buscando hombres y riquezas, pero la que estará siempre en mi corazón es una del Mar Nuestro, en la que fundé una ciudad a la que di mi nombre, a esa isla fui a contratar los mejores honderos y reclutarlos para nuestras filas pero hice un mal negocio y mi corazón quedó atrapado en la profundidad de unos ojos negros y un cascabeleo de risas en el aire. Se llamaba Adama y partir de entonces navegamos juntos, pero Magón será nuestro destino final, las suaves colinas que bajan hacia el mar en bosques de pinos, el aire limpio, la paz que necesitaré después de tanta guerra, ese creía yo que sería mi final, pero el destino que no le pide permiso ni a los poderosos decidió que no fuera así.

No éramos conquistadores como Roma, no imponíamos nuestras leyes, ni nuestros dioses, descendemos de un gran pueblo de comerciantes, el Fenicio, pactábamos con las tribus para el intercambio de mercancías, pero nuestros barcos eran hundidos y eso nos llevó a las guerras con Roma. Queríamos tener el dominio absoluto del mar.

Veo pasar nubes blancas, el aire salino me reseca los ojos y mi boca parece contener arcilla, me cuesta respirar, tengo que llegar, solo necesito un poco más de tiempo, mientras van y vienen retazos de mi vida que no quiero olvidar.

Otra ciudad importante para mí, aunque de tristes recuerdos es Qart Hadast la ciudad de las minas de plata, no he visto puerto más abrigado y seguro. Cuando estás dentro las grandes montañas lo protegen y sientes que allí nunca llegará la guerra.

Los recuerdos llegan a mi mente como las piedras de una playa tropezando unas con otras para quedar inmóviles en la orilla hasta que una ola más fuerte las vuelva a llevar rodando buscando el camino o el recuerdo que habías dejado atrás.

Aníbal estaba preparando una expedición a Roma desde Qart Hadast. Había noticias de que los romanos, con la excusa de la toma de Sagunto por nosotros, estaban formando un gran ejército al mando de Escipión el africano que se uniría a la gran armada de Cayo Lelio, salirle al encuentro o aprovechar para un golpe genial atacando a la misma Roma, era la idea que se discutió en el último consejo cartaginés, porque dudábamos encontrar los apoyos necesarios, ser traicionados por alguna tribu que tuviera un pacto anterior con Roma o  encontrar el ingente material de hombres y pertrechos que necesitaba semejante aventura.

Aníbal, nuestro héroe, mi querido hermano también dudaba. Eso tendría como consecuencia dejar casi desprotegida esta pequeña y maravillosa ciudad. Estos recuerdos me producen un gran dolor, yo insistí en la expedición y también en quedarme a defenderla ante el consejo cartaginés,  siempre pensé que era inexpugnable, sus altas murallas y su mar interior eran su mejor defensa. Después de días de deliberaciones se aceptó mi propuesta y los dioses saben que no fue por ganar más honores, a mi entender no podíamos dejar sin defensa esa zona tan importante del Mar Nuestro.

Aquello fue un terrible error, tenía entonces 34 años y la sangre me hervía solo con oír mencionar a los malditos romanos, que adivinaban nuestros pensamientos y nos iban adelantando en la guerra.

Estoy en un duermevela a causa de la fiebre pero aquella aciaga noche no dormía, con la bella Adama recostada a mi lado pensaba que sería de ella y de todos nosotros si mi plan estratégicamente concebido fallaba, solo contaba con 1000 soldados y los que habíamos armado de entre los habitantes de Qart Hadast.

Cuando me avisaron de que se divisaba una gran armada, aun lejos del puerto, puse en marcha mi plan, 500 hombres bien armados defenderían la ciudadela y otros 500 el cerro consagrado a Asclepio. Sabiendo que Escipión estaba acampado en otra de las colinas cercanas, hice una salida con 2000 habitantes de la ciudad,  para asustar a los atacantes. Ese fue mi gran error, tenía que haberme quedado dentro a defenderla, como se acordó en el Consejo. La lucha fue durísima, una verdadera carnicería. Cuando tuve noticias de que los romanos habían conseguido pasar las murallas y que también se luchaba en la zona del  mar interior al ser abiertas las puertas por un esclavo traidor, quise volver con los pocos hombres que me quedaban, pero era imposible, decían que no quedaba ser viviente en la ciudadela y huí, huí destrozado con graves heridas. Mi pensamiento era llegar a Cástulo, contratar mercenarios para volver, y reconquistar la bella ciudad.

Pero el destino no lo quiso así. Fui contratando mercenarios por Hispania y me dirigía a Gades para cerrar tratos cuando me llegó la noticia  de la muerte de nuestro hermano Asdrúbal cuando intentaba unirse a Aníbal en Italia. Con rabia y dolor en el alma tomé una decisión, partir para Italia. Esa sería mi tercera expedición a esa península y nunca volvería a Qart Hadast.

Después de reunir un ejército de casi 70000 hombres en aquella llanura de Elipa, en la Galia Cisalpina fui herido. Eso significaba que la última oportunidad de Aníbal para recibir algún refuerzo nunca llegaría. Cartago no conseguiría cambiar el curso de la guerra.

 Los dioses no me permitieron morir en la batalla como un soldado, moriré aquí, en este barco y deseo que al recordar mi historia sean magnánimos.

 

martes, 20 de agosto de 2024

LA CARTA PERDIDA

 

LA CARTA PERDIDA

 

Ya soy mayor y cuando se tiene una vida hecha de recuerdos reales o fabricados, no  deben arreglarse nunca cajones olvidados mucho tiempo, ni trasteros a los que no subes porque tus rodillas se quejan,  debes evitar todo lo antiguo. Yo lo hice mal eso marcó el resto de mi vida y me alegro.

Vivía sola hacía mucho tiempo, no era la vida que había pensado para” el atardecer” como dijo el poeta. Me sentía vacía y sin ganas de llenar ese hueco con actividades que mi edad aun me permitía hacer. Parecía un animal abatido lamiéndose las heridas.

Cuando se fue mi compañero quemé todas sus cartas, los recuerdos de esa parte de mi vida los iría hilvanando yo poco a poco y después de muchos años solo había en ellos lo que deje entrar para tomar posesión de mi memoria.

 Había pasado mala noche pues hacía tiempo que el sueño me era esquivo, tenia calor y fui a un ropero antiguo  por un abanico, entre la caja donde estaba y el fondo apareció una carta, me quedé paralizada, se debió caer por detrás y no la quemé con las otras, la cogí con manos temblorosas cayendo las lagrimas sobre todo lo que había negado tantos años.

No sabía qué hacer con ella, por la fecha era la definitiva. ¿Se ocultó por casualidad o quedó ahí para mostrarme que mi vida había sido una gran mentira fabricada a base de recuerdos cogidos aquí y allá pero muy lejos de lo que pasó en realidad?

No me atrevía a leerla, la sabía de memoria pero estaba escondida debajo de muchas capas de negación y así fui idealizando todo aquel tiempo. Esa gran mentira me impedía coger de nuevo las riendas de mi vida.

Pase horas mirándola, sin atreverme a destrozar los recuerdos fabricados con tanto amor y el resultado era lo que el mundo sabía de mí, pero no era yo.

Por fin en un ataque  de rabia la abrí y leí por enésima vez su contenido pero sin “edulcorantes” tal como la escribió. Este era el párrafo más doloroso:…”.No podemos seguir así, no hay terceras personas  por ahora, pero estoy deseando encontrarla para ser feliz por primera vez después de tantos años de celos infundados, reproches y amargura con que fuiste llenando la mochila de mi vida, no te guardo rencor, pero quiero vivir sin ti, sin tus gritos, sin tus reacciones histéricas. Espero que comprendas y cambies para que puedas vivir en este mundo,  no en el que  crea tu fantasía. No hemos sido felices, por mucho que te empeñes en pensarlo y proclamarlo a los cuatro vientos, deja de imaginarte cosas que no han sido y vive la realidad es la única forma de plantarle cara a la vida, aunque esa realidad no te guste.

La rompí en mil pedazos, solo ese párrafo describía claramente lo que había sido nuestra vida que yo había destrozado porque la quería perfecta, tal como era en mi imaginación.

Ese fue el comienzo del cambio, gracias a esa carta olvidada he vuelto a vivir. Ahora me muestro tal como soy y no idealizo el pasado. Nada puede ser perfecto, somos humanos y como tales ángeles y demonios a la vez.

 

viernes, 16 de agosto de 2024

LA GAVIOTA

 

LA GAVIOTA

 

El cielo llevaba puesto ese día un azul intenso con unas cuantas nubes de algodón a modo de bufanda, la vi salir de detrás de una de ellas, parecía despistada, había desplegado su gran envergadura, ¿Qué hacia una gaviota sobrevolando un monte entre gorriones y palomas? Con ellos alrededor parecía aún más grande, un grupo de aves en formación de V se asustaron y cambiaron de rumbo, la vi adentrarse en un pino solitario pero no  debieron  gustarle sus agujas porque salió rápida, daba vueltas como enloquecida buscando algo, sería su grupo, su familia, me imagino que se separo de ellos al ver desde lo alto un pequeño mar tranquilo y azul, pensó que sería una aventura encontrar peces nuevos y vivos, así no tendrían que ir al vertedero donde los humanos tiramos todo lo que nos sobra destrozando el paisaje y a ellas pescadoras de siempre, las transformamos en buscadoras de basureros.

Sí, soy una gaviota, sé que me estas mirando desde allí abajo, me he perdido por seguir un sueño, soy joven lo intente pero no resultó sufrí una decepción, ni ese mar era tan azul ni vi peces, tenía un color grisáceo y parecía enfermo, mi aventura había fracasado y no sabía cómo encontrar a mi grupo ni volver al vertedero. Lo que había abajo no era para mí, una montaña de piedra negra con una cima que se asemejaba a un gran lagarto tumbado al sol con el colmillo preparado para abatir a la presa y casas de humanos como la tuya.

Quise dar una última vuelta sobre el pequeño mar y me sorprendió un rincón de su playa donde el agua estaba limpia, transparente, había un grupo de patos que nadaban tranquilos y un poco más lejos una familia de flamencos rosa que escarbaban con su largo pico buscando alimento.

Ese rincón hervía de vida había peces que saltaban, zonas en que el agua se agitaba y bullía, eso es lo que veía desde lo alto. No había fracasado, el pequeño mar se estaba curando, este era un buen sitio para vivir, la primera mirada no siempre es la buena.  Tengo que encontrar a mis compañeros y volver con ellos a este rincón de paz.

 

 

martes, 6 de agosto de 2024

EL FRACASO

 

EL FRACASO

 

¿Cuándo empezó todo a romperse entre nosotros? La comunicación, la amistad, el deseo, hay un refrán que dice: “Si quieres ser feliz no analices”, pero yo si lo analizaba todo, el no hacerlo me parecía el escondite del avestruz, si sabes que el problema está ahí no vale que pases de él, hay que afrontarlo por muy doloroso que resulte.

Las despedidas nocturnas sin un beso que se había convertido en costumbre, desde hace meses solo un “buenas noches” y media vuelta. Habíamos pasado de ver las series favoritas cogidos de la mano a separarnos de habitación para ver otros programas o los mismos pero en soledad. Podría seguir enumerando detalles que no le dábamos importancia, yo creo que mi pareja ni los notaba pero iban minando nuestra relación. Casi no encontrábamos temas comunes para hablar cuando antes nos quitábamos las palabras de la boca.

Estos síntomas no significan un cambio en los sentimientos sino en  la forma de expresarlos, hay que encontrarle relevo a los detalles que siempre habíamos tenido entre nosotros estos años atrás, pero si sigue estando el amor le sentara bien un cambio de aires, sorpresas, estimulaciones distintas, huir de la monotonía en que se convierte nuestra vida al estar todo programado, un “salto al vacío” de vez en cuando no viene mal para tomar conciencia de que somos dos y no dar por sabidas las necesidades del otro, buscar cosas nuevas con las que sorprenderle.

Si el cambio es positivo volverá la intimidad, pero de otra manera más madura, más asentada y no será el último cambio que habrá que hacer, al amor hay que abonarlo con nuevas ilusiones si las anteriores las encontráis ya caducas.

 Sabiendo yo todo esto reaccioné tarde y me encuentro firmando los papeles del divorcio. La teoría es fácil y sabida, lo difícil es la puesta en práctica cuando la otra persona no se da cuenta de nuestros esfuerzos tardíos por cambiar las cosas o ha encontrado fuera esos estímulos para hacer renacer el deseo, la ilusión tan necesarios para seguir la vida.

La próxima vez, si la hay, procurare tener bien aprendida la lección.

 

sábado, 3 de agosto de 2024

EL BALNEARIO

 

EL BALNEARIO

 

Aquí estoy sentada en una cómoda tumbona con un libro en las manos, que no leo y más aburrida que el cobrador del peaje de una autopista.

Este año pensé dejar a un lado los viajes, ya no quedaba lugar en el mundo que llamara mi atención o eso pensaba yo, además para ser sincera a mis 75 años no me apetecía, ya no podía seguir el ritmo de los jóvenes, las piernas pesan, los zapatos aprietan por muy cómodos que sean, la cabeza se aturde con tanta marea humana, ahora viajar no es un “lujo” es una necesidad, o viajas o no eres nadie, ¿ Qué vas a poner en septiembre en las redes si no?

He viajado toda la vida cuando casi nadie lo hacía, era un turismo tranquilo, sin tanto horario, sin aglomeraciones, sin tener que pedir cita previa para visitar el monumento que te interesa, he disfrutado de todo lo que me permitía mi buen sueldo siempre pensando solo en mí, no he querido tener ataduras, las parejas me duraban poco tiempo, la libertad era mi meta en la vida.

El balneario esta en un sitio ideal entre bosques de pinos, despertar aquí es una delicia, la sensación de paz, el aroma penetrante que deja la noche, el sonido de un riachuelo, el canto de las aves al despertar y tantas cosas que te hacen sentir bien y en paz con la vida.

Todas las actividades están programadas, lo malo son los ratos libres como el que estoy “disfrutando” ahora ¿Qué hago? Ya he recorrido los alrededores y he visitado todas las instalaciones, el edificio principal es un precioso palacete modernista con escaleras de mármol terrazas rodeándolo y balconadas en todos los pisos, el servicio es impecable y la decoración de un gusto exquisito,  nada se sale de contexto salvo mi mente que tiene demasiado tiempo para pensar. ¿Qué tengo? Me encuentro vacía, enfoqué mi vida solo hacia mi persona,  pienso que en el reparto antes de nacer se les olvido ponerme en la mochila eso de lo que se habla tanto hoy “la empatía”.

No me di cuenta que me observaba una de las auxiliares y dirigiéndose a mí intento entablar conversación a la que por costumbre yo respondía con monólogos, al final cansada me dijo: Venga levántese quiero enseñarle algo, me dejé llevar y entramos en un edificio que no había visto, era distinto construido bastante después se utilizaba por su amplitud para las personas con problemas de movilidad, las enfermeras se multiplicaban para atenderlos, fue la primera vez en mi vida que pensé en alguien que no fuera yo y mi propia satisfacción.

Me acerqué poco a poco y unos ojos negros grandes y tristes estaban fijos en mí, se llamaba Lucia era otra solitaria como yo, salí corriendo de la sala, no quería ver  que había personas que sufrían.

Esa noche no pude dormir, creo que se empezó a despertar en mí un sentimiento parecido a la compasión, necesitaba dar a los demás algo de lo que yo había disfrutado, era una sensación nueva y me gustaba.

Voy a ese pabellón todos los días en mis ratos libres y ayudo a las auxiliares, tengo amigas y amigos que me necesitan es maravilloso pertenecer a un grupo con el que comparto no solo paseos si no también ideas, experiencias, recuerdos, no hice bien aislándome creo que me he perdido una parte  muy bonita de la vida pero aunque tarde descubrí el placer que se siente al ayudar a los demás.

 

 

 

viernes, 26 de julio de 2024

LA PULSERA

 

LA PULSERA

 

Oigo el ruido del mar por encima de mí, quiero subir y no puedo, los pulmones me arden, noto una mano que agarra la mía y tira hacia arriba, no  respondo al estímulo, solo al clavarme la pulsera en la muñeca despierto de ese sueño parecido a la muerte.

Esta es la pesadilla que me ha acompañado toda la vida. En mi sueño me veo joven intentando salir de mi país en guerra para buscar otros horizontes, un sitio de paz. He visto matar a toda mi familia y corro hacia la selva. Hasta ahí recuerdo, después todo se funde en negro y despierto con terror, como si acabara de ocurrir.

Cuando me sacaron del mar sin conocimiento, creo que fui con los demás supervivientes a un hospital, tarde bastante tiempo en recuperarme, preguntaba a todos ¿Quién me sacó del agua? ¿A quién le debía volver a estar vivo? Nadie sabía contestar.

Con el  alta médica en la mano me encontré en una ciudad que no conocía y de la que apenas sabía  el idioma, pero trabajé duro, estudiaba por las noches, tuve confianza en la bondad del ser humano y algunos me ayudaron, como el dueño de la cafetería que necesitaba un camarero y  consiguió los papeles sin tener que recurrir a las mafias.

Pasaron los años terminé mis estudios, encontré trabajo y seguía ayudando  los fines de semana a mi antiguo jefe. No podía olvidar a la persona que me salvó del agua, todos estos años la he buscado sin éxito, lo que sí recuerdo es la pulsera, brillante, dorada con una especie de saliente que fue lo que me hizo reaccionar al sentir el dolor en la muñeca.

Un sábado por la tarde, servía las mesas y la vi en el brazo de un hombre de edad cercana a la mía, sin saber qué decir después de tantos años nos miramos y al desviar mi vista a la pulsera supe que era él y que me había reconocido.

Empezamos en ese momento una bonita amistad que duró hasta su muerte. Cuando cayó enfermo iba todos los días al hospital a hacerle compañía, hablábamos de nuestras vidas, de lo que supuso para él salvarme, nunca lo había olvidado y también al principio me busco con todos los medios a su alcance.

Ahora llevo yo la pulsera gracias a ella salve la vida y encontré un buen amigo en este país que ya considero mío.  

 

 

 

miércoles, 17 de julio de 2024

PURO TEATRO

 

PURO TEATRO

 

Enseguida se le pasara comentaron las amigas, aguantando el rapto de ira en que la había sumido la situación, es igual que las otras veces y mañana vuelta a las andadas, si no escarmienta es porque le gusta sufrir y nunca va a asumir la realidad, aunque ella lo sabe, por mucho que se disfrace de Doña Inés poniendo todo su arte en el arreglo y dejando claro que ha sido una brillante actriz, ya no hay para ella un Don Juan joven guapo y atrevido, los que se han presentado hasta ahora frisan los 80 años que es lo que corresponde a su edad pero no los deja ni acercarse, así nunca podrán rodar la escena del sofá, sí que es solo un anuncio de dos personas mayores con una botella de colonia en la mano y haciendo énfasis en los versos que hablan del aroma, pero no deja de ser humillante. ¡Qué difícil es asumir el paso de los años con dignidad!

 

miércoles, 10 de julio de 2024

UN VIAJE EN TREN

 

UN  VIAJE EN TREN

 

Los veo pasar en perfecta formación en V como soldados obedeciendo al líder, todos hemos visto en el cielo algunas aves que les entra el “gusanillo” de los viajes migrando de un país a otro porque así lo ha hecho su especie desde siempre.

Los humanos nos lanzamos a lo desconocido por necesidad, curiosidad o placer.

Me gusta viajar sobre todo en tren en el que hago largos trayectos, casi siempre por trabajo.

Recuerdo que era otoño, amaneció un día gris plomizo como mi ánimo, iba a tomarme unas merecidas vacaciones pero una llamada de mi jefe el día anterior urgiéndome para que fuera al otro extremo del país por un tema inaplazable de negocios, dio al traste con mis ilusiones, pero mirándolo en plan positivo iba a viajar en tren gratis incluyendo dietas y hotel.

Para distraerme he desarrollado una rutina y es esta, cuando llevamos ya unos Km me levanto, siempre pido asiento de pasillo y como si buscara algo  observo a los compañeros de vagón, me convierto en un “ Sherlock Holmes” intentando solo con los datos que me aporta su presencia, la manera de sentarse, su nerviosismo, su forma de mirar ete…en qué trabajan, algo de su vida, sus intereses, yo pienso que rara vez adivinare algo pero así me distraigo y pasan unos Km.

Me di cuenta de que sin diferencia de edad casi todos llevaban el móvil en la mano, unos jugando, otros hablando a voz en grito sin darse cuenta de que molestan al resto solo para describir el paisaje: “Ahora unos árboles, allí a lo lejos se ven unas casas” y cosas así, otros entrando en las redes con música de bastantes más decibelios de los necesarios ¿no saben que existen los auriculares? Al verlos sentí nostalgia de cuando en los trenes se leía, ahora la comodidad del libro electrónico debía haber aumentado ese afán lector pero no ha sido así, por eso me sorprendió tanto ver a una joven pasajera con un libro en las manos, hacía rato que yo también había comenzado mi lectura.

Una de las veces al levantar los ojos vi que la joven me miraba con interés, use mis métodos con ella para “adivinar” algo pues era guapa, le gustaba leer y cuando sus grandes ojos negros se alzaban del libro su mirada era profunda e inteligente. En una palabra la chica me atraía.

En una de las estaciones con parada la vi bajar, me acerqué a ella y valiéndome de la ventaja de ser también lector le dije refiriéndome a su libro: Es muy interesante, a mí me tuvo atrapado hasta el final, ella me devolvió una cálida sonrisa y nos tomamos un café hablando de libros.

Cuando dos lectores se reconocen lo hacen con júbilo porque los libros despliegan todo su poder si confiamos en ellos.

Nunca se puede saber cómo acabara un día que empezó mal, para mí acabo siendo un viaje maravilloso. Llevamos veinte años juntos y nunca le he dicho que no había leído el libro que ella llevaba en el tren, para que destrozar ilusiones si esa pequeña mentira nos unió.